Por Ernesto García
(Especial para Aguante Neuquén)
Este 12 de julio Zapala cumple años, 107, y una institución deportiva, el Club Unión, también celebra un año más de existencia, el 43. De la ciudad todos sabemos, ¿todos sabemos?, que estamos en una cuarentena, que aunque está flexibilizada, todavía no nos permite desarrollar las actividades deportivas habituales. Ya falta poco para volver a practicarlas. Las que tienen intermitencia por la mayor o menor asistencia, como la danza, el futsal, el vóley, y las que están consolidadas como el tae kwon do, el kick boxing y, fundamentalmente el fútbol de 11 jugadores. Sin olvidar las joyas del futuro, las Escuelitas de Fútbol y adolescentes.
El Canario o Los Canarios, como son identificados en la ciudad por el amarillo y verde de sus colores no ‘cuarentenea’ más que en el ámbito deportivo, porque en los demás sigue activando a tiempo completo. En lo institucional, manteniendo la administración y contabilidad al día, haciendo nuevos socios, cobrando las cuotas mensuales, dando de baja a quienes no las abonan durante 6 meses o más, y preparando la Asamblea General Ordinaria a realizarse en agosto o setiembre. Por eso la Comisión Directiva y los Revisores de Cuentas están en contacto con la Dirección Provincial de Personas Jurídicas a todos los efectos de la convocatoria a los Socios.
En los aspectos edilicios y de infraestructura tampoco la pandemia hace mella en el cuerpo y el alma de la entidad de Avellaneda, Mitre, Israel y Malvinas Argentinas, rectángulo al que llamo la “Pequeña Manzana”. Que no envidia a su hermana mayor, la de “New York, New York”, como tanto nos deleitó “La Voz” del inefable Frank Sinatra.
Y las pruebas son bien visibles. Reparaciones de distintos ambientes y espacios, como el mini gimnasio; la pintura del grande; baños del quincho y de vestuarios; el riego automático del césped natural de la cancha principal, la reposición constante de vidrios: pintado y mejoras de diversos sectores, el alambrado olímpico en la cancha de césped sintético que proveyó la Provincia, y, para no agotar a los lectores de Aguante Neuquén la instalación de una antena para telefonía de Movistar que deja un pequeño alquiler anual, útil para la tesorería del Club, siempre ávida de obtener recursos genuinos. Y poder sostener entre sus bienes muebles más preciados el colectivo Unión, con sus repuestos necesarios; el seguro; la Verificación Técnica Obligatoria, la reparación de butacas y de ventanillas y más.
Fueron 43 años desde la fusión de los clubes Frontera y Comercial en 1977, con el recuerdo de que Los Canarios estuvieron a un pasito, así, (y pido al lector que acerque o imagine los dedos pulgar e índice de una mano, casi pegaditos), de codearse con los más grandes del fútbol argentino, Boca, Ríver, Racing, Independiente, San Lorenzo, Huracán, Vélez, en 1980 ( ver archivo de Aguante . . . sobre la celebración de muchos jugadores, técnicos, dirigentes, simpatizantes e hinchas que llegaron a Zapala y se sumaron a los que siguen viviendo aquí).
¿Y qué más hay en la historia Canaria?. Pues, como toda organización, claros y oscuros; oscuros y claros. Como los momentos de caída institucional (decadencia, garito de máquinas electrónica, intervención judicial), y el salir a flote por el trabajo denodado de socios comprometidos que pusieron, y ponen, esfuerzo, dedicación, tiempo, patrimonio y neuronas, para que Unión, El Canario, el Club de (toda) la Ciudad, sea lo que es hoy.
Por eso, olvidando los malos momento, con esa amnesia síquica sanadora, en este cuadragésimo tercer aniversario recordaré a los que yo conocí como líderes de la institución, que no tuvieron otra pretensión que dar todo por el club. Sin pedir nada a cambio. Como seguro habrá más gente, que mis años olvidad pido desde ya mis disculpas a quienes también hicieron grande a Unión.
Empiezo por Hugo Propatto y Eduardo Mundano. No tenemos ningún sector con el nombre de Hugo, sí el de Eduardo. El amigo Julián Álvarez, hoy abogado, que hizo el diseño del escudo del club, tampoco hay algún sector con su nombre. Después de la intervención de Julio Pichaud, los dirigentes que siguieron, comenzando por la presidencia de Julio Villar, hicieron lo que pudieron, porque el club estaba devastado.
Sigo acortando años con los miembros de Comisión Directiva y Revisores de Cuentas actuales. Cacho Domínguez, que tenía dos niños de las Escuelitas de Fútbol, empezó a colaborar en una subcomisión de padres desde 1998. Desde diciembre de 2002 hasta febrero de 2005 Ana Lida Corradi, esposa de Cacho, fue presidenta de Unión. Recuerdo que la impulsé para que aceptara el cargo, porque ya había varios antecedentes en clubes afiliados a AFA. Después hubo otras gestiones. Participé en casi todas, menos en una, en la que no fui invitado. Hasta que asumió Oscar Raúl Domínguez, Cacho. Y Unión encontró un rumbo atinado que ya no abandonó hasta hoy. Pese a que padeció injusticias e ingratitudes. Yo las vi desde mi posición más cómoda, sin tanto compromiso, pero que Cacho y Ana Lida la pasaron duro es una realidad.
Hoy tenemos un grupo parejo de debate y de consenso. Tras algunos retiros por cansancio, salud o edad, siguen firmes, Cacho presidente, Jorge Salva vice, Lidia Martínez secretaria, Ana Lida tesorera, los vocales Hugo Cabas, Jorge Sambueza (padre de Rubens, en México; de Fabián, en Colombia; y de Paola, periodista deportiva en Neuquén capital), Sandra Ramos y Matías Melgarejo (su esposa Carina Salazar es la enfermera del club), y Martín Sosa, titular de la Subcomisión de Fútbol de primera. Manu Quiroz se ocupa de la gestión periodística, y Jorge Betas es Revisor de Cuentas. Tengo que decir, y digo, que con cuarentena, pandemia y coronavirus. Matías y Martín son una dupla para el control y supervisión de todo el patrimonio de la entidad, más dura que las Alpargatas Rueda y Luna. ¿Algún lector las recuerda?
Desde Zapala, en este aniversario de Unión, 43°, y de la misma Zapala, 107°, gracias al director de Aguante Neuquén por permitirme incursionar en su medio.
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