Por Carolina Magnalardo
Unión Deportiva Senillosa nació una tarde de 2016 en la cancha de arena del balneario local, impulsado por su DT, Valeria Muñoz. “Éramos aproximadamente 15 mujeres, algunas nunca habían jugado, y aunque contábamos con pocos elementos deportivos le poníamos muchas ganas”, recuerda la entrenadora.
Al poco tiempo se trasladaron a la canchita del barrio Los Pehuenes que estaba abandonada. “Empezamos a limpiarla y a acondicionarla, y contábamos con el apoyo de los vecinos que nos ponían cosas lindas en el Facebook”.
Con solo cinco entrenamientos se animaron a jugar su primer torneo, en Piedra del Águila. “Era en cancha de once y aunque algunas de nuestras jugadoras no sabían pararse en su posición, hicimos un gran campeonato contra equipos que llevaban años jugando. Perdimos por penales en la final, contra Picún Leufú, pero ese segundo puesto lo celebramos como si hubiésemos salido campeonas”, cuenta orgullosa.
El nombre del equipo es una de sus características y lo decidieron entre todas: “Siempre fuimos buenas compañeras. Tenemos un grupo muy unido y nos gusta aprender juntas, por eso cuando pensamos en cómo llamarnos buscamos algo que nos identificara y enseguida surgió”.
La DT es una apasionada del fútbol. Comenzó a jugarlo a los 7 años con amigos del barrio. “Desde entonces siento gran pasión por este deporte y siempre me gustó perfeccionarme en técnicas y estrategias de juego, habilidades con la pelota y en el campo, buscando la conexión del equipo”, cuenta Valeria.
Haber tenido el apoyo de su familia fue la clave. “Mi padre fue un gran incentivo. Me acompañó a los partidos cuando me incorporé a un equipo para los interbarriales. Me motivó y me dio palabras de aliento y confianza en mí misma para ir mejorando”.
Se recibió de profesora de educación física en Mendoza, regresó a Neuquén y comenzó el sueño de Unión Deportiva Senillosa. Después el equipo se sumó a la escuela municipal de fútbol femenino hasta la actualidad. “Es un proyecto comunitario que busca desarrollar habilidades de juego mediante arduos entrenamientos para lograr seguridad y eficacia. Es un espacio de recreación, contención, construcción de lazos sociales, aprendizaje, valores, y trabajo en equipo”, explica la entrenadora.
En 2020 se sumó Graciela Gatica como ayudante de campo. El plantel está conformado por 30 mujeres divididas en dos categorías: de 11 a 15 años, y desde los quince en adelante. “La unión hace la fuerza, somos mujeres que conquistamos espacios que siempre fueron vistos como exclusivos de los hombres. Hoy demostramos que tenemos la habilidad y que podemos lograr lo que nos propongamos”, remarca Valeria.