Una serie inolvidable

En Buenos Aires quedaron sorprendidos con la cantidad de neuquinos. Así lo reflejó la revista Solo Básquet en su número 28 del 3 de octubre de 1989.

Por Nicolás Tamborindegui

Maggi-Roberson, gran duelo en Caballito. (Solo Básquet)

La primera temporada de Independiente de Neuquén en la Liga Nacional de Básquet, en el 89, venía siendo más que aceptable. Tras la adaptación lógica a la categoría, no pudo meterse entre los 8 primeros, por lo que tuvo que ir a jugar la A2 con los 8 de abajo. Quedó primero en esa segunda fase y se enfrentó a Olimpo de Bahía Blanca, último equipo de la A1, en una reclasificación al mejor de tres partidos para obtener un lugar en los cuartos de final.

El Rojo, que venía jugando un muy ben básquet, venció a los bahienses, que llegaban disminuidos, por 2-0. Ganó el primer cotejo en La Caldera por un contundente 128-90 y cerró la serie con un triunfo de visitante en el estadio Norberto Tomás (poco público, solo 100 personas pagaron la entrada esa noche según crónicas de la época) por otro palizón: 118-98

Párrafo aparte, ese fue el último partido en la vida de Aníbal Sánchez, el formidable goleador de Olimpo, quien falleció en un accidente automovilístico el 3 de enero de 1990 con tan solo 27 años. Paranaense, viajaba de su ciudad natal a Bahía Blanca cuando tuvo lugar el fatal desenlace. Iba a participar con su club del primer entrenamiento de cara a la Liga del 90.

El objetivo estaba cumplido, pero el Rojo de Eduardo Armer venía de menor a mayor y se animaba a más, aunque el paso siguiente era sumamente complicado: Miguel Cortijo, León Najnudel y el histórico Ferro, candidato número 1 al título, eran los que esperaban por Independiente en los cuartos de final. El formato seguía siendo el mismo: primer juego de local, segundo de visitante y en caso de necesitarte un tercero se jugaría también en la casa de Ferro, el Héctor Etchart. Independiente sabía que la empresa no era fácil, pero llegaba con seis victorias al hilo y ese no era un dato menor.

Darrás, una de las figuras del Rojo en esa temporada. (Solo Básquet)

En ese momento, el plantel de Armer estaba integrado por Daniel Chino Barrales, Gabriel Darrás, Esteba De la Fuente, Mariano Aguilar, Luis Oroño, Néstor Suppi, Horacio Beigier y Fabio Martín como el juvenil de más minutos. Eddie Roberson era el americano -había reemplazado a Lance Ball a mitad de temporada-. Ferro tenía un equipazo con muchos de selección: Miguel Cortijo, Diego Maggi, Sebastián Uranga, Daniel Aréjula, Javier Maretto, Orlando Tourn y el neuquino Guillermo Coissón, con James Thomas como extranjero, todos bajo las órdenes del padre de la Liga Nacional, el gran León.

La Caldera explotaba de gente la noche del primer partido, un clima tremendo, con la gente cantando y aplaudiendo y un calor impresionante pese a estar todavía en septiembre (no por nada la llaman La Caldera). Como durante muchas otras veces en la temporada, se agotaron las entradas, aunque parecía que siempre entraba una persona más. La recaudación fue récord para la región: 4 millones de australes, una enormidad para la época.

Y el Rojo no defraudó a semejante cantidad de fanáticos que hicieron de la cancha un hervidero. Es más, hasta supo jugar con esa presión. Cada doble era una ovación para el local y cada ataque de los verdes era acompañado por un abucheo ensordecedor.

El inicio del juego favoreció a la visita, de la mano como siempre de un cerebral Cortijo, haciendo funcionar principalmente el juego interno potente de su equipo con Uranga y Maggi. Independiente contestaba con lanzamientos externos, principalmente a través del Chino Barrales y Oroño.

Ferro sacó cinco de ventaja promediando la primera etapa y parecía que se cortaba, pero Armer mandó a la cancha a Suppi y a Aguilar y estos los dos, más el crecimiento de la figura de Roberson le permitieron a su equipo primero equilibrar las acciones y después superar ampliamente a su rival, a tal punto de irse al descanso arriba por 12 puntos: 52-40. Cuentan que durante los 15 minutos que duró ese entretiempo, se vendieron más panchos en las bocas de expendio del estadio que en ningún otro partido.

La segunda parte arrancó con la visita dependiendo mucho de los lanzamientos externos de Aréjula. Esta táctica le dio buen resultado y logró ponerse a solo cinco. Sin embargo, un minuto oportunamente pedido por Armer y un ajuste de la defensa sobre Cortijo y sobre el propio Aréjula le permitieron al Rojo retomar los 10 puntos de ventaja.

El final fue un delirio: El “ole, ole…” comenzó a bajar de las tribunas acompañando el juego de pases de los jugadores locales ante el equipo número uno del país. Roberson se hizo enorme en ambos tableros y así Independiente logró un triunfo sin sobresaltos por 92-81 para poner la serie 1-0 y porque no soñar con ganar un juego en Capital y clasificarse históricamente para las semifinales.

Roberson, la figura del primer partido en La Caldera. (Solo Básquet)

Roberson fue la gran figura de la noche con 32 puntos y 16 rebotes. Oroño anduvo muy bien y metió 14, mientras que desde el banco de suplentes lograron 11 Suppi y 13 Mariano Aguilar, los únicos dos relevos utilizados por el técnico esa noche. En Ferro los goleadores fueron Maggi con 18, Cortijo con 17 y Uranga con 16. No fue un buen juego para Jimmy Thomas, que se quedó solo en 11 puntos.

En medio de un clima de enorme festejo en toda la ciudad, Oroño, con toda su experiencia y sapiencia a cuestas, puso algunos paños fríos después del cotejo. En declaraciones publicadas en la revista Solo Básquet número 27 dijo: “Le ganamos a un gran equipo, pero ya tendremos tiempo de festejar. Lo importante es mentalizarnos para el juego del viernes en Buenos Aires. Ferro es el candidato principal al título, el que tiene más posibilidades, por los jugadores con que cuenta, por la forma en que están jugando y por trayectoria”.

También habló del boom del básquet en la gente de Neuquén: “El interés de la gente es enorme, eso se contagia. En la calle me identifican, me comentan sobre el plantel y se nota que hay mucho optimismo. Todo eso genera el compromiso de responder de la mejor forma”.

Y el segundo partido llegó nomás al viernes siguiente y en uno de los templos del básquet argentino, el Héctor Etchart. Un triunfo más le daba a Independiente el pase a semifinales, mientras que un traspié llevaba todo a un tercer y definitorio partido. La gente de Capital, que habitualmente no le daba mucha importancia al básquet, esta vez llenó el estadio para apoyar al conjunto local.

En ese contexto, es para destacar la gran cantidad de neuquinos que con banderas y todo llegaron hasta el estadio para alentar al Rojo. Muchos en autos y colectivos desde Neuquén, a pesar de haber 1.200 kilómetros de distancia. Otros eran estudiantes que vivían allí en la capital. El marco era tremendo y el “¡Neuquén, Neuquén!” se escuchaba fuerte desde una de las tribunas.

El arranque del partido fue palo a palo, con ambos equipos midiendo y seleccionando muy bien cada ofensiva. Ferro intentaba meter la bola debajo del cesto para Maggi o bien para Maretto, que se le posteaba a Darrás aprovechando su mayor envergadura física. A pesar de tener un equipo más liviano, Independiente se las ingeniaba muy bien para sostener una muy buena defensa. De la Fuente jugó muchos minutos de ala pivot esa noche.

Promediando la primera etapa el local pudo despegarse un poco en el marcador, con algunos dobles de Jimmy Thomas. Darrás era el mejor jugador que tenía el Rojo en ataque. Al descanso, Ferro ganaba 39-31.

Los primeros minutos del segundo tiempo fueron muy similares, con los de Najnudel manejando una ventaja de entre 8 y 10 puntos de la mano de Cortijo. Sin embargo, Independiente levantó la efectividad, recuperó varias pelotas con su muy buena defensa y llegó a los últimos 30 segundos abajo por solo un doble: 72-70.

Con ese marco, la última pelota fue para los de Armer. La premisa era definir cerca del cesto pero los segundos pasaron y no pudieron hacerlo, por lo que finalmente De la Fuente terminó arriesgando un tiro de tres puntos que se quedó corto. El tanteador no se movió y fue triunfo de Ferro, que igualaba la serie.

De la Fuente y Darrás con 19 y Néstor Suppi con 18 fueron los más efectivos en ataque esa noche en el Rojo, aunque se extrañó el aporte de Roberson (9), Oroño (0) y Aguilar (0). En Ferro, 23 puntos metió Diego Maggi y 20 Jimmy Thomas, en una rotación corta de solo 6 jugadores por parte de Najnudel.

Muy cerca estuvo Independiente de quedarse con la serie, a una sola pelota. Jugó un gran partido de visitante y demostró que el triunfo logrado días antes en Neuquén no había sido casualidad. El crédito estaba abierto para el tercer y definitorio partido que se iba a jugar nuevamente en Buenos Aires.

Nuevamente ante un estadio colmado (y otra vez con la multitudinaria barra neuquina alentando), el comienzo del tercer juego no encontró a un Independiente golpeado por el resultado del partido anterior. Es más, durante los primeros minutos fue al frente en el marcador con buenas actuaciones de Barrales y Roberson.

Pero Cortijo tomó las riendas del partido promediando la primera etapa y comenzó a jugar y a hacer jugar a sus compañeros. Thomas la metía de todos lados y la defensa del quinteto de Armer no era lo buena que había sido durante el segundo partido. Así, Ferro sacó 10 de ventaja para irse al descanso 57-47 arriba.

Jimmy Thomas convierte pese a la oposición de Darrás en el Etchart. (Solo Básquet)

Estaba claro que si quería tener chances de quedarse con el cotejo Independiente tenía que bajarle el goleo al local, y con una defensa más agresiva lo consiguió, aunque no estaba muy derecho en ataque. El Verde dominaba los rebotes en ambos tableros y en ataque Thomas estaba sumamente efectivo e inspirado. Así, logró sacar una ventaja máxima de 15: 71-56. Parecía partido liquidado.

Pero Armer ordenó una zona match up que le dio muy buenos resultados y el Rojo comenzó a acercarse en el tanteador, con dobles de Suppi, Roberson y De la Fuente.

Sin embargo, no hubo lugar para una remontada épica y por ende para el batacazo. Cortijo condujo a los suyos con inteligencia en el cierre y no sufrieron sobresaltos. El resultado final fue de 89-82 para Ferro, que seguía en la competencia y en la lucha por el título, y el Rojo, en su primera temporada, quedaba eliminado con una gran actuación en los cuartos de final.

Roberson, con 22 tantos, y De la Fuente, con 21, fueron los goleadores de Independiente, mientras que el Chino Barrales aportó 14 con 3-3 en triples. También 14 sumó Néstor Suppi. En Ferro, Thomas estuvo incontrolable, con 15-16 en dobles para sumar 33 (tiró para 36). Lo acompañaron Maggi con 21 y Uranga con 14.

Lo que fue impresionante fue la despedida que la multitud de gente que llegó desde Neuquén le brindó al equipo. Una ovación cerrada que duró varios minutos y que fue retribuida por los jugadores. Como habrá sido de conmovedor el apoyo de los hinchas neuquinos que la propia gente de Ferro los despidió del estadio Etchart con un gran aplauso.

“No hicimos una buena defensa en el primer tiempo, nos cortaron mucho por el medio y nos metieron 20 puntos de contraataque. Eso nos mató. Se nos alejaron y pese a que pudimos acercarnos, ya no pudimos alcanzarlos. Perdimos ante un gran equipo”, le dijo Armer a Solo Básquet ni bien terminó el partido, declaraciones que fueron publicadas en el ejemplar número 28 de esa revista, el 3 de octubre de 1989

El DT agregó: “Nuestro partido era el viernes, con una ofensiva normal podríamos haber ganado. También hay que tener en cuenta las virtudes del rival. Se llegó hasta aquí con gran expectativa. En los playoffs si ganás el partido de local después podes ir más suelto a definir. Ferro el viernes tenía mayor presión”.

Festeja Sebastián Uranga tras el tercer partido. (Solo Básquet)

Por el lado del equipo de Caballito, los elogios para Independiente no se hicieron esperar. También a Solo Básquet y al término del partido, Uranga reconoció que “Independiente es un rival temible, pocos equipos intentan defender como lo hace este equipo. Juegan muy duro, presionan sobre la pelota. Creo que empezó a rendir tarde, sino debería haber estado entre los cuatro primeros y no en la A2”.

Uranga agregó post partido que “tal vez nos haya costado más trabajo haber sacado de la competencia a este conjunto que llegar al título” y así fue, porque tras eliminar al River de Pichi Campana en las semifinales (3-1), llegaría a la final con Atenas de Córdoba (el clásico de los primeros años de la Liga Nacional) y se quedaría con el título (3-2 la serie definiendo en Caballito).

Y así, Independiente se despedía de su primera Liga Nacional teniendo contra las cuerdas al campeón, que es además uno de los equipos más recordados de la historia. En Buenos Aires todos quedaron sorprendidos por la pasión de los neuquinos que ruidosamente coparon el templo de Caballito para demostrar su pasión por un equipo y por un deporte que tenían revolucionada a la ciudad.

Las tres síntesis

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