Por Cristian Helou
Revolución: cambio profundo, generalmente violento, en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional//Cambio rápido o profundo en cualquier cosa. Revisar el diccionario de la Real Academia Española nunca está de más. Y meterle un análisis, tampoco.
Cambio y profundo son las palabras que se repiten y que deberán cumplirse si Neuquén quiere tener su Revolución Deportiva. En los papeles, ya está en marcha. En lo hechos, todavía no.
Durante las últimas horas, cuatro de los siete equipos que participan a nivel nacional salieron a reclamar pagos atrasados. Gigantes del Sur, que tuvo una buena temporada deportiva pero siempre tambaleó con los números, movió primero; y después hubo un efecto contagio de Centro Español, Petrolero y Pérfora, casi a modo de súplica.
Una actitud diferente tomaron los otros tres equipos de básquet, Independiente, Pacífico y Centenario. Están mejor con las cuentas, aunque lejos del ideal. Todos saben que se viene un panorama complicado y la que participación a nivel nacional pende de un hilo.
Esta “división” en el básquet llevó a más de uno a pensar en temas trillados pero reales. “Dios atiende en la capital muchachos”, tiró alguien en un numeroso grupo de básquet. El Rojo y el Decano, es cierto, tienen las oficinas deportivas a la vuelta de la esquina; y Cente, con un presupuesto menor pero también con cartel de novato, prefiere estar lejos de los líos.
El punto coincidente entre los siete es que dependen casi en exclusividad de esos pagos del estado y cuando hay un pequeño retraso, los proyectos titubean. La dirigencia muchas veces es cómplice: se embalan cuando llega la promesa, pero a la vez saben que históricamente los cheques han bajado con delay.
Ante esto, queda claro que “cambio” hubo poco y nada. Esta historia es vieja, remanida, pasó con los últimos funcionarios de Deportes de la provincia, desde Alberto Garaygorta hasta Luis Sánchez, con pasos de Fabián Mirabete o Rolando Figueroa. Siempre aparecieron grandes proyectos, pero con una alarmante carencia de ideas. Y especialmente de continuidad.
Esta pandemia, con aislamiento eterno incluido, debe servir para barajar y dar de nuevo. La decisión de llevar adelante la Revolución Deportiva permanece inalterable, pero está claro que habrá que prestarle atención a esa definición de la RAE que es contundente: Cambios profundos.
