El paso de juveniles a mayores resultó un trámite porque en su debut clavó récord argentino en los 100 metros (octubre 2018 en Ezeiza). Lejos de aflojar, repitió en los 300 (marzo 2019 en Mar del Plata). Francisco Reyes Petrelli está en un gran momento y, así, embalado, llega a los World Roller Games de Barcelona, donde competirá en la modalidad carrera.
El patinador, que el 24 de julio cumplirá 19 años, está radicado en Buenos Aires pero representa a Alta Barda y fue pieza clave en las dos conquistas del equipo neuquino en el Nacional de Clubes. Para ratificar que es un velocista de aquellos, en la fecha de Vicente López se quedó con la victoria en los 200. Esta vez no fue con récord pero completó la trilogía de la corta distancia.
Su convocatoria para la Albiceleste era fija aunque había que ratificarlo en el selectivo de Rosario y se ganó un lugar junto a otra neuquina, Victoria Rodríguez López, quien vuelve a la selección Argentina.
“Anduvo todo bien, el evaluativo fue bastante duro porque se hicieron muchas carreras individuales, pero estuvo bueno y logré las marcas que pretendía”, afirmó Francisco.
La competencia en tierras catalanas se llevará a cabo desde el 4 hasta el 14 de julio y el patinador afirmó: “Voy a llegar bien. Con el simple hecho de estar ahí ya es importante porque es mi primer año en mayores. De todas maneras la idea es terminar en el lote de los diez mejores”.
Para Reyes Petrelli fue un año agitado, pero rendidor. A principios de año viajó a Colombia junto con su hermana melliza Josefina. Allí participó de diferentes entrenamientos y competencias en la tierra de los mejores del planeta. Y en marzo llegó la segunda prueba lejos de casa, esta vez solo, por Alemania y Holanda.
“Pude sumar mucha experiencia porque no tenemos el mismo roce que acá en Argentina. Aprendí cosas que pude aplicar en el selectivo y me sirvió mucho”.
En Capital Federal, el neuquino es entrenado en el Cenard por Juan Cruz Araldi, excampeón del mundo, quien también estará en Barcelona, ya que participará de la maratón. Tenerlo cerca será una ventaja para Francisco, que tratará de hacer historia en el certamen ecuménico.
