Desde hace décadas, la Liga Nacional se caracteriza por potenciar el talento de los jóvenes que se forman en nuestras canteras. Se trata de un ciclo de renovación constante, en el que los jugadores se desarrollan, evolucionan en la competencia local y logran establecerse como profesionales de primera clase. Algunos de ellos, incluso, llegan a formar parte de la Selección o emigran al exterior para darle paso a los nuevos jóvenes que surgen y empujan desde abajo para ganar rodaje y establecerse en el ámbito local.
Al día de hoy, este ciclo está más vigente que nunca y cuenta con una gran cantidad de exponentes. Esta nueva temporada de la Liga, que comenzó con el Súper 20, ya le dio espacio a muchos jóvenes con gran potencial por desarrollar en los próximos años. A continuación, desde Prensa CAB, nombraremos a los 10 jugadores menores a 23 años que dieron un paso adelante en su formación en estos primeros cinco partidos, y al final, pondremos el foco en otros tantos que se deben seguir de cerca cuando continúe el torneo a partir del sábado 9. Entre los elegidos está el neuquino Agustín Pérez Tapia, quien se destacó en los primeros juegos con la camiseta del pentacampeón San Lorenzo.
Agustín Pérez Tapia, escolta de San Lorenzo, 22 años.
Una de las gratas sorpresas de la 20/21 llegó a Boedo para reforzar a un plantel repleto de jóvenes. El neuquino es un obrero que sabe cómo se construye un equipo desde abajo, sin grandes recursos económicos, pero con voluntad, esfuerzo y determinación, algo que le tocó atravesar en Argentino. Agustín goza de piernas fuertes que le permiten correr la cancha y defender la primera línea con fiereza. Tiene el aro entre ceja y ceja y encuentra con facilidad el punto débil de la defensa rival. Además, posee madurez y temperamento para tomar decisiones incluso en los momentos determinantes y Contagia convicción e intensidad a sus compañeros. En la primera fase, acumuló 11.6 tantos, 2.0 rebotes y 1.2 pasas gol. También tendrá que trabajar el tiro a distancia, en el cual ostenta un 23%.
Agustín Barreiro, ala pivote de Gimnasia, 22 años.
El nacido en Cañuelas calzó a la perfección dentro del ADN que conformó Martín Villagrán en el conjunto de Comodoro. Tras su experiencia en la LEB Plata de España, con Zentro Basket, el ex Boca e Hispano volvió a la Liga con mayor determinación, dispuesto a marcar una diferencia en base a su energía y gran altura para su puesto (2m04). Y lo está logrando. Se transformó en un jugador indefendible en el uno contra uno, gracias a la velocidad de su primer paso, con el que deja atrás cualquier defensa.
Federico Elías, escolta de Instituto, 22 años.
En su primer año fuera de la estructura de Bahía Basket, el bahiense logró acomodarse como relevo de la Gloria, uno de los grandes candidatos a quedarse con el Súper 20. Su capacidad de crear juego, tanto para sí mismo como para sus compañeros, resulta fundamental para que la segunda línea del equipo consiga mantener la dinámica que establecen los titulares. Ya se estableció como la tercera pieza goleadora del invicto Instituto, con sus 11.6 puntos por juego, sólo por detrás de Nico Romano y Martín Cuello. Además, el revulsivo guardia de 1m88 recupera 1.6 pelotas, algo esencial en la idea de juego de Lucas Victoriano.
Lautaro Berra, pivote de Obras, 22 años.
Tras haber formado parte de la preparación olímpica en Las Vegas, e integrar la Selección Argentina en las dos últimas ventanas FIBA, el nacido en Firmat comenzó una nueva temporada con Obras con el desafío de continuar esa línea ascendente en su evolución como jugador que mantiene desde hace un par de años, cuando pudo dejar atrás una serie de desafortunadas lesiones. Berra es un interno clásico, de buena talla (2m08), con excelente manejo de fundamentos y técnica para jugar de espaldas al aro. Es el segundo máximo taponador del Súper 20, con 1.2 por encuentro.
Luca Valussi, alero de Obras, 22 años.
Junto a Berra, los nuevos comandantes del proyecto del Rockero en la Liga Nacional. Desde que fue reclutado, cuando tenía 16, el chaqueño demostró su potencial en varias oportunidades, pero nunca pudo explotar todas sus virtudes físicas y anotadoras, hasta ahora. El largo proceso de maduración parece estar finalizando para el potente perimetral de 1m98, dueño de una mano prodigiosa (convierte 43% de triple). Así lo indican sus promedios de 13.8 tantos, 6.2 rebotes, 1.8 pases gol y 1.2 robos, que reflejan lo que aporta en la cancha: carácter, entrega y liderazgo.
Joaquín Valinotti, base de Peñarol, 22 años.
Relegado al banco tras la llegada de Bruno Sansimoni, el crédito de Las Rosas, Santa Fe, encontró la oportunidad de marcar la diferencia entrando como suplente, lo mismo que le sucedió a su compañero Tomás Monacchi, quien no será incluido en esta lista por haber superado los 23 años. Esa dupla dinámica que supo conquistar la Liga de Desarrollo con Peñarol en 2019 se encuentra en su mejor momento compartiendo minutos en la segunda alineación, e incluso cerrando partidos. Joaquín mantiene una media de 8.2 puntos, 3.8 recobres, 3.1 asistencias y 0.9 recuperos.
Franco Baralle, base de Quimsa, 22 años.
Tras su experiencia con la Selección en las ventanas FIBA, el cordobés continúa con su desarrollo en el elenco santiagueño. Se mantiene como base de relevo, luego de la llegada de Juan Brussino, pero sigue ganando protagonismo en la cancha conduciendo a la Fusión en los minutos clave, incluso cerrando partidos. Baralle evoluciona como base todoterreno, capaz de leer y ejecutar según lo necesite el equipo. Quimsa no tuvo el mejor arranque en el Súper 20 (3-2), pero el cordobés fue fundamental en los tres triunfos frente a Regatas, Comunicaciones y La Unión.
Leandro Cerminato, ala pivote de San Lorenzo, 23 años.
Tras varias temporadas en las sombras de los enormes talentos que contrataba el Ciclón, llegó la hora de brillar. Cerminato, un alero veloz de 2m02, con buena mano y juego de poste bajo, finalmente está sacando a relucir sus capacidades, y lo está haciendo de forma espectacular. En estos cinco juegos, de los cuales San Lorenzo ganó dos, promedia 12.2 unidades, 7.2 rebotes, 1.8 tapones (líder en la Liga), 1.4 asistencias y 1.1 robos en media hora de juego.
Matías Solanas, escolta de San Martín, 22 años.
Viene de un año de despegue, en el que alcanzó la Selección Argentina en las últimas ventanas FIBA, y mantiene su evolución. El correntino es la principal vía de gol de su equipo, con 12.8 puntos de media en 23 minutos. Su arsenal ofensivo es ilimitado: puede atacar a balón parado o dirigiendo el contraataque, y es capaz de castigar a cualquier distancia sin importar quien lo marque.
Andrés Jaime, base de Unión, 21 años.
En su primera experiencia en la máxima categoría, el santafesino está ratificando todo el talento que supo revelar en la Liga Argentina. Sus números muestran la completa labor que ejerce en el Tatengue: 10.8 tantos, 4.5 recobres, 5.0 asistencias (cuarto en la tabla general) y 1.6 recuperos en 27 minutos.
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