Martes 24 de agosto-5 de septiembre. Esas son los días que tiene Iñaki Basiloff entre ceja y ceja. Es el único neuquino clasificado a Tokio 2021 y aunque parezca una fecha lejana, la incertidumbre y la falta de competencia inquietan al nadador que sueña con una gran producción en los Juegos Paraolímpicos.
“Todavía no sabemos cómo vienen los Juegos. Por ahora se hacen y el tema de estos días pasa por el tema del público. Es difícil porque las noticas cambian todos los días, pero estoy clasificado y obviamente tengo muchas expectativas”, afirmó en una entrevista con Nadie se salva solo (750 Neuquén).
Si bien es cierto que Iñaki no paró de entrenar durante este interminable parate, la búsqueda de los tiempos se complica. Sin carreras oficiales es difícil tener números precisos y por eso se ilusiona con participar en algún certamen.
“En diciembre tenemos prevista una competencia y esperamos que el año que viene, cuando se terminen de confirmar los cupos de los clasificados se hagan más torneos. Eso sería ideal para llegar de la mejor forma a Tokio”, comentó.
Mientras tanto, Basiloff entrena en la pileta de Cipolletti y sigue su vínculo con River, donde es una pieza clave del equipo con discapacidad.
Luego de un 2019 memorable, con siete medallas en los Parapanamericanos de Lima y un podio en el Mundial de Londres (Iñaki fue el abanderado de la delegación argentina), sabe que la clave está en el trabajo diario.
“Hay que entrenar, no queda otra. Conozco a muchos de mis rivales, porque ya los enfrenté en Londres y también estarán en Tokio. El nivel es muy alto y necesito enfocarme y mejorar los tiempos”, insistió el mejor deportista neuquino de 2019.
Ese gran año, con colección de medallas y récord continental en Inglaterra (4:43.30 en los 400 metros libres S7) posicionaron a Iñaki como uno de los mejores nadadores del país, pero él va por más y tiene sueños olímpicos.