Hace 16 años, Manu Ginóbili inmortalizó la palomita, pero otro hecho quedó grabado en el deporte argentino: la corrida de Rubén Magnano. El DT perdió la línea como nunca y metió unos suelazos inolvidables mientras todos los jugadores armaban una montaña humana arriba del N° 5 de Argentina. De eso y de varios temas habló el cordobés en una extensa entrevista con Se respira básquet (750 Neuquén).
Desde la Docta y en medio de esta interminable pandemia que sólo genera incertidumbre, Rubén comentó que está “tratando de llevar adelante este momento. Me tienen contra las cuerdas con el zoom, pero las cosas se dieron de esta manera y hay que aguantar”. Si de básquet se trata, finalizó su vínculo con la Federación Uruguaya, pero “estamos estudiando una posible continuidad. Está un poco fresco todo, aunque estamos en tratativas”.
Obviamente, Magnano recordó su pasó por Neuquén, tomó la lanza y arrancó: “Fueron dos grandes momentos, uno como asistente y otro como entrenador. Soy muy malo para las fechas, pero cuando perdimos la final del Preolímpico (1995) me di cuenta lo que era la gente. Ya como entrenador, en 2001, fue impresionante”.
“Hay un nombre que se me viene a la cabeza y es César Cedrón –agregó-, tengo grandes recuerdos de él. Fue una gran persona, que siempre nos acompañó en el proceso de la selección. Y en lo deportivo, me acuerdo de la gente, como se abarrotaba en la puerta del hotel”.
Aclaró que “generalmente esos momentos se ven potenciados cuando uno cumple los objetivos. Salimos campeones, invictos, jugando un muy buen básquet. Creo que fue un punto de inflexión en todos los aspectos (para la selección) y me animo a decir fue a partir de una decisión dirigencial, que en una situación de crisis total tomó la posta para organizar el torneo. Fue una empresa muy difícil, pero uno tiene el alivio o la satisfacción de que el equipo le dio mucha felicidad a la gente, en un momento de mucha crisis”.
Esa movida de que la historia de la Generación Dorada empezó en Neuquén tiene diferentes respuestas de los protagonistas. Y en el caso de Magnano afirmó que “en parte sí. Creo que en el Mundial de Australia se había avizorado un altísimo compromiso con la selección, de querer hacer cosas importantes y a la postre sucedió lo que sucedió. Me animo a decir que fue un poquito antes. Lo que sí está claro es que a partir de ese torneo, me animaba a ira a luchar para estar entre los seis mejores del mundo. Ahí arriesgábamos a mencionar una posición que ya era prestigiosa”.
El tiempo pasó desde aquel 2001, pero los logros continuaron, incluso hasta el segundo puesto de China 2019. “Los argentinos somos bastantes especiales. Siempre pongo el ejemplo de la final de Brasil, en fútbol, cuando salimos segundos y parecía que había terminado el mundo. Yo lo viví como hincha y me sentí orgulloso del trabajo que hicieron. Desde ese momento, sentí que los integrantes del equipo se sacaron la mochila de la comparación con la Generación Dorada. Por ese lado me sentí mucho más feliz. Decían que iban a estar entre los mejores ocho y afortunadamente fueron subcampeones del mundo”.
Magnano sobre Scola: “Es una persona extremadamente organizada, a tal punto que diagrama su vida deportiva buscando una institución que juegue un básquet de nivel, pero que no lo agote tanto. Con el Varese logró eso y va a tener un proceso de trabajo y de recuperación. Va a llegar espléndido a los Juegos Olímpicos e incluso no me animo a decir que después va a dejar”.
Aunque ya pasaron 16 años del oro en Atenas, Rubén siente “vestigios a diario, gente que agradece. Es gratitud, reconocimiento. Es un poco hacer feliz a los demás también. En el tono, en el semblante notas que la gente ha vivido momentos muy gratos. Obviamente fue una cosa épica”.
¿Volvería a hacer la corrida?: “El tema pasa por el almanaque, me complica el tema de los desgarros. Tendría que ir derecho a la clínica…. Si ustedes analizan esa corrida es propia de un profesor de educación física, pero con los zapatos de suela. Me sucedió una cosa muy graciosa: en el mismo Juego Olímpico estaba viendo a Las Leonas y en uno de las pantallas estaban pasando las cosas curiosas que habían acontecido hasta ese momento. Vi que todos se reían, doy vuelta la cabeza y veo al atleta Magnano corriendo. Lo correría 150 veces más”.
Palabra más que autorizada para hablar de actualidad, Rubén afirmó que a la Liga Nacional la va a “respetar siempre, a pesar de los altibajos que ha tenido. Hoy no estoy de acuerdo con el tipo de competencia y al calendario no le veo ningún tipo de beneficios. Lo que sí sé es que se juega con estadios vacíos”.
Afirmó además que desde la CABB no lo “llamó nadie, pero no entiendo por qué tendían que llamar” y tuvo palabras de elogio para el staff de técnicos que se sumó (o renovó en los últimos meses.
“Han buscado gente de excelencia, estamos hablando de maestros de maestros, como (Ricardo) Bojanich, que es uno de los mejores formadores que tiene el país. Walter (Garrone) es terrible profesor. Pepe (Sánchez) dio muestras claras de su enorme capacidad con el trabajo que está haciendo en Bahía Blanca y Sergio Hernández tiene los suficientes pergaminos. Aplaudo su continuidad, porque solidifica el trabajo”.