Por Diego Lores
Corría el 2015, Luciana Sierpina tenía nueve años y por aquel entonces comenzó a competir en el karting con caja, en la categoría escuela clase C. Sin ruborizarse reconoce que “no tenía idea de lo que hacía, mis adversarios me sacaban tres vueltas y tenía algo de miedo”.
A fuerza de perseverancia, mejoró carrera a carrera y en 2018 llegó a ser subcampeona en la Pre-Juniors 110cc. Luego de ese logro, decidió dejar la arcilla de los cajeros para saltar al asfalto del Pro-Kart, categoría más técnica y, claro, más exigente.
En su primer fin de semana comandando un 150cc de la Junior, el mundillo de los pequeños monopostos percibió el buen andar de Luciana, quien ganó en la pista de Isla Jordán, más allá de la posterior exclusión por apenas excederse en la cilindrada.
Llegó el tercer puesto en la segunda fecha y el salto de calidad a partir de la tercera cita, cuando su motorista, Edgardo Jerez, le regaló un chasis 0 km. Ya en la cuarta fecha volvió al podio y de ahí no paró. Ganó tres carreras consecutivas (una de ellas en Centenario) y llegó a la doble fecha disputada en noviembre en el bello circuito de Lago Escondido, en El Bolsón, con la clara ambición de quedarse con la corona.
No le fue bien en la primera carrera. Un toque la relegó a un magro octavo lugar. La impotencia de aquel sábado se transformó en fortaleza. El domingo logró vencer en la segunda prueba y de esa manera se constituyó en la primera mujer campeona en automovilismo de pista en Neuquén y Río Negro.
Esa victoria, con título incluido, llenaron de alegría a Luciana, que a pesar de su corta edad es muy consciente del esfuerzo que un piloto debe realizar para poder competir. La zapalina no es ajena a la realidad de muchos corredores, no solo de la región sino también del país. La bendita palabra presupuesto acecha a la mayoría de los adeptos al deporte motor. Y el caso de Luciana no es la excepción.
Justamente, por falta de presupuesto, la joven piloto no pudo ser de la partida en febrero pasado del Skusa Winter Series, al cual había sido invitada. La falta de apoyo, tanto público como privado la privó de participar de una fecha de ese certamen, nada más y nada menos que en el Homestead–Miami Speedway.
Lavadero Avenida, BJ Servicios, Mi rancho e International Motorsport son los sponsors de la talentosa zapalina, quien tiene muchas chances de seguir su carrera en Estados Unidos.
Aún así, Carlos Martínez, un argentino radicado en Miami, titular del equipo International Motorsports, se comunica periódicamente con Luciana, para expresarle que la posibilidad de ir a correr al país del norte está siempre latente. A raíz de esto, Luciana transcurre su cuarentena entrenando físicamente y persiguiendo el apoyo presupuestario necesario para poder emprender tal empresa.
Ternada en automovilismo para los Premios Pehuén 2019, dónde tuvo el honor de compartir la gala con Juan Cruz Benvenuti y Martín Suriani, Luciana relata sus objetivos: “Mi expectativa es seguir creciendo como piloto y como persona, me gustaría algún día ser lo suficientemente buena para poder probar un auto de fórmula”. Ayrton Senna, Michael Schumacher, Agustín Canapino y Juan Cruz Benvenuti integran su galería de ídolos. Pero más allá de referentes, Luciana está dispuesta a escribir su propia historia. El primer capítulo ya está listo.
LA GRAN CAMPAÑA DEL 2019