Era disfrutable exhibición y Jairo, sorpresivamente, planteó guerra. Entonces, Maravilla también tomó las armas. Apuntó, y los ojos de Jairo se hicieron espanto. El atrevimiento encontró rápidamente límites. El round amistoso, contra todos los pronósticos, levantó temperatura. Y La Soñada tembló con los cruces entre el ex campeón mundial y El Chico de la zona.
Aseguran los cercanos que Sergio Martínez levantó tanta temperatura que se encaminó al hotel luego de cumplir el round que faltaba con el gran Aldo Galán Ríos.
Jairo Díaz, aún entusiasmando, al momento de agradecer cortesías, volvió a primerear en el micrófono. Y avanzó en emocionadas palabras. Quizá imaginando por adelantado la noche de gloria, esa que lo enfoca en alcanzar el título argentino de los cruceros. Emocionado, hasta le debe haber sonado a música algún “Salí de ahí Maravilla” cuando volaron sus bombazos. En realidad, el que se metió en un lindo lío fue Díaz. ¡Salí de ahí Jairo!