Por Carolina Magnalardo
El sueño empezó en febrero de 2003 cuando un grupo de mujeres le pidió al profesor de educación física, Juan Salerno, colaboración para conformar un equipo de fútbol femenino. Así nacieron las Leonas de Chos Malal, en el norte de Neuquén, con un nombre que remitía inmediatamente al equipo nacional de hockey sobre césped y con el que compartían las ganas y ambición de superación y el juego limpio.
El profe, que llegó a esa ciudad neuquina desde la provincia de Buenos Aires hace 20 años, le contó a Aguante Neuquén cómo se desarrolló la idea que había surgido en una escuela barrial.
“A partir de ahí comencé con este proyecto comunitario porque las chicas me fueron a buscar y una de las impulsoras fue Evelyn Aravena, que es jugadora y profe. Si bien yo soy el coordinador y lo hago ad honorem, somos un montón trabajando. Me acompañan Julio Prieto, Evelyn, Olivia Gómez, Alicia Sandoval y Camila Cuevas”, contó.
Y siguió: “Me formé en la educación pública y tuve becas porque venía de una familia humilde y siento que tengo que devolverle algo a la sociedad y lo que yo elegí hacer gratis para devolver es fútbol femenino. Si todos los profes tuvieran ese concepto, harían alguna actividad gratis. Los profes deberían meterse más en el fútbol para consolidar esa mirada educativa. Y a esas personas que se hacen cargo de un equipo sin ser profe pero le ponen toda la actitud, el mayor de mis respetos”.
Leonas nació en el sector alejado del centro, a unos cinco kilómetros, y a los pocos meses se transformó en un proyecto de dos barrios. “Nos fuimos abriendo a otros sectores que estaban muy lejos también y entrenábamos un día en el barrio Uriburu y otro en el Cordillera del Viento. Después tuvimos el pedido de jugadoras de otros barrios y nos fuimos a un playón del centro para probar y nos encontramos con que se había llenado”, recuerda.
“Desde nuestros inicios tenemos formativas porque comenzamos con fútbol infantil femenino. Cuatro años después armamos la primera y hoy tenemos todas las categorías. Cuando empezamos, nuestras niñas tenían que jugar con varones porque no encontrábamos otros equipos infantiles femeninos en la provincia. En 2007 nos contactamos con la Selección Argentina, viajamos a Buenos Aires e hicimos dos partidos con las categorías sub 18. El entrenador era Borrello pero el contacto más fuerte era con Roberto Fernández que estaba a cargo de la preparación física y con Valeria Cotelo (jugadora rionegrina ex integrante de la Selección) que fue nuestra puerta y que en esos momentos estaba estudiando Educación Física y que hoy ya recibida regresó a la zona y sigue trabajando por el fútbol femenino”, relató Salerno.
De todos modos, comentó que “fue un gran esfuerzo que tuvimos que hacer para que puedan ir a Buenos Aires porque algunas familias tenían miedo. Yo había acordado que si alguna era elegida no se lo iban a decir a ella porque había que ver la realidad que estaban viviendo cada una y me preocupo más por las jugadoras que vuelven de esas pruebas que por los que quedan. La mayoría vuelve y en ese regreso no hay nadie que acompañe. Imaginate que tengamos la estrella del pueblo que se va a probar, tiene la mala suerte después de varias pruebas quedar afuera y cuando vuelve al pueblo ya no es más la estrella que era antes. Y hay muchísimos casos de esos en todo el país. Debería tomarse como un tema importante porque hay que ver en qué condiciones regresan. En aquel viaje yo hablé con las madres de las jugadoras antes de viajar y prometimos que solo iríamos a divertirnos, que no íbamos a hablar de si se tenían que quedar allá o no. Así que allá lo hablé con el profe Roberto que no dejara que esas personas tuvieran contacto con las jugadoras y nos regresamos. A los tres años les conté a las jugadoras. Ellas no estaban en condiciones de quedarse solas a 1500 kilómetros de su familia que eran humildes”.
Hoy Leonas tiene jugadoras de toda la ciudad y desde hace tres años entrena en la cancha principal de Chos Malal, que antes estaba en desnivel y era de ripio y ahora es de césped sintético y tiene iluminación. “Logramos ganar un espacio ahí que era solo de varones. Hace dos años incorporamos jugadoras de Jujuy y Formosa que vinieron a estudiar y trabajar y se sumaron al equipo”.
Salerno advierte que “la zona norte hace 25 años que tiene fútbol femenino. Acá hay mucho talento y el nivel en las categorías infantiles es muy peleado. A veces solo se tiene referencia de lo que se hace en Buenos Aires, pero en el interior hay una movida importante que no se conoce. Todo lo lindo que tiene vivir en el interior a veces complica en algunas cosas. El talento de las jugadoras del norte es indiscutible, el problema más grande es seguir mirando mucho como provincia a la capital, creer que todo se tiene que hacer en Neuquén capital es un error. Las selecciones tienen que ser de la provincia, no pueden ser de la ciudad de Neuquén. Hay que entender que el interior no le va a quitar lugar a Neuquén capital, sino que lo va a nutrir pero a veces parece que la capital neuquina cree que solo compitiendo con Río Negro u otras provincias va a aumentar su nivel”.
Actualmente los entrenamientos están suspendidos por la pandemia del coronavirus. Al comienzo de este año el equipo contaba con 75 inscriptas, en una ciudad que tiene 15 mil habitantes, contando los parajes cercanos. “Este año teníamos proyectado la inclusión de quince jugadoras de la zona y hacer un fin de semana de estímulo para que puedan venir a Chos Malal pero no alcanzamos a hacerlo. Nos estamos juntando una vez por semana de manera virtual para mantenernos en contacto y ahora estamos intentando ayudarnos entre nosotros porque hay algunas familias que están pasando necesidades y se generan situaciones de angustia”.
“Tenemos como filosofía no depender de nadie. Las decisiones las tomamos en una especie de asamblea, en la que participamos los profes, las capitanas de cada categoría y las jugadoras de la primera que deseen estar. Vamos organizando eventos entre nosotros, rifas, ventas de empanadas y así vamos juntando dinero. Y siempre hay gente que ayuda. El año pasado compramos indumentaria nueva, pelotas, y como llevamos muchos años tenemos muchos materiales. Pero lo más difícil es el tema de los viajes. Este verano fuimos invitados por segunda vez a Chile, fuimos a Quilleco, en la región del Biobío. Hicimos malabares para poder viajar y como somos un grupo humilde tuvimos que alquilar vehículos para viajar. Por una cuestión económica y porque algunas son mamás, no viajó todo el equipo y entonces unas jugadoras de Chile se quisieron sumar al equipo para ayudarnos. De ahí nos quedó una hermosa relación. Fuimos campeones en Chile y tuvimos la suerte de que estuviera con nosotros una ex jugadora de la Selección chilena, María Isabel Rebolledo Rivas. Fue un momento muy importante para nosotros”, recordó.
El profe considera que en el fútbol masculino hay ciertos vicios que a los docentes les pesan. “En estos 17 años tenemos solo cinco expulsiones con doble amarilla, nunca tuvimos una situación de agresión y desde el equipo técnico yo tengo más de 400 partidos y jamás me expulsaron de una cancha. Eso indica una mirada educativa respecto de este deporte. En el fútbol masculino se encuentran muchos obstáculos cuando querés trabajarlo bien y hay una cultura futbolera que te juega en contra. Todo lo que vos propongas, las chicas lo van a hacer con ganas, pasión y le van a meter para adelante al máximo. Es nuestro equipo va a ser muy difícil que veas que alguna se tira en el área para que le cobren penal. Se van a levantar y van a tratar de recuperar la pelota y eso me encanta. Cada vez que entreno a las grandes, estoy pensando en que las más chicas las están mirando y que siempre tenemos muchos torneos por delante. Desde el primer momento implementamos la entrada en calor y el regenerativo. Imaginate que en Chos Malal no se hacía eso, es más, había personas que entraban fumando a la cancha. Lo mismo ocurrió con el ‘urra’ que también lo hacíamos como un momento de trabajo grupal, igual que el saludo al rival aun en los partidos amistosos. Hoy esas cosas son más habituales de ver en Chos Malal y nos pone muy contentos”.
Por último, Salerno celebró la inclusión del fútbol femenino en los Juegos de la Araucanía y contó que en 2019 fue elegido para hacer una dupla técnica de esa primera selección aunque luego por distintas situaciones decidió renunciar antes del momento de la concentración y del viaje. “En aquella oportunidad hicimos un trabajo muy lindo en toda la zona norte y algunas jugadoras fueron parte de la selección, como el caso de la arquera sub16 de nuestro equipo que fue como revelación y estuvo de titular en los Juegos”.