Por Cristian Helou
No hay una situación más linda que llegar a un torneo con el cartel de “candidato al descenso” y salir campeón. Y si en la definición, el rival es el dueño de casa y te saca una diferencia de 20 puntos, ni hablar. Lo de Neuquén en el Argentino de básquet de 1995 fue una hazaña de esas que no se empardan. Que quedan grabadas para siempre. Por ser el primero pero especialmente por las formas.
El 30 de julio de 1995, el Cenard porteño estuvo como pocas noches. Repleto y con todo preparado para el festejo local. Capital llegó a la final con un gran equipo, mayoría de jugadores de Liga Nacional y casi todo el público a favor. Pero el quinteto de Guillermo Narvarte fue por la heroica y logró una victoria épica. Fue 74-72, con un una bandeja de Leo Sandón a dos segundos del cierre.
Desde Viedma, el base que por estos lares vistió la camiseta de Petrolero e Independiente, recordó que “no tuvimos mucho tiempo de preparación y éramos uno de los equipos candidatos a descender. Empezamos con una gran victoria ante Córdoba y nos hicimos fuertes, tanto adentro de la cancha, como afuera. Se armó un gran grupo. Les mando un saludo muy grande a todos mis compañeros”.
Ante la insistencia de Aguante Neuquén, recordó la jugada y en un audio dio todos los detalles:
¿Cómo fue la bandeja Leo?
Los jugadores y el cuerpo técnico hicieron historia. Se quedaron con un torneo que siempre fue para pocos (Capital, Provincia, Córdoba. Tucumán….) y tuvieron que pasar 22 años para repetir la conquista, que se dio en 2017 en una recordada final ante Tucumán, disputada en el estadio Ruca Che. Y si de fechas se trata, apenas un día separa a los aniversarios porque el segundo título llegó un 29 de julio.
El punto coincidente entre ambas conquistas se llama Mario Sepúlveda, quien también dejó sus sensaciones. También descubrimos que Bruno Gelsi es un gran coleccionista de recortes (un crack como aportó a la causa), mientras que Guillermo Narvarte y Andrés García recordaron la conquista en Se respira básquet (750 Neuquén).
Acá, todas las voces todas:
Guillermo Narvarte, DT
“Se armó un gran grupo con la experiencia de Leo Sandón, Fabio Martín y Guille Coissón, a los que se sumaron muchos jugadores de proyección. No tenían entre los que jugaban para salvar la categoría pero fuimos de menor a mayor y cerramos un gran torneo”.
“La final fue a estadio lleno y se armó una especie de Capital vs. Interior. Además, durante la merienda vimos que estaban preparados los festejos o por lo menos eso nos dijeron….Creo que nos motivó”.
“Fue una final apasionante. Nos encontramos con una posibilidad que no se presenta todo los días. Había mucha prensa nacional y le ganamos a un gran equipo, con jugadores que habían estado en el Sudamericano con la selección”.
Andrés García
“Me quedó grabado el día que viajamos. ‘Si nos salvamos del descenso, listo’, nos dijo un dirigente. Y el Negro Godoy le respondió: ‘¿No podemos ser campeones?’”.
“Fue increíble y muy especial para muchos porque habíamos jugado juntos otros torneos. Se armó un clima bárbaro, hasta Guille Coissón hablaba (risas). También recuerdo que Fabio Martín nos peló en el chinchón”.
“Está claro que no nos preparamos para eso. De repente nos encontramos en la semifinal, la pasamos y después dimos vuelta una final tremenda. Ellos arrancaron cómodos, pero después empezaron a sentir la presión y llegó esa bandeja de Sandón…”
Bruno Gelsi
“No tenía noción de que estábamos tan cerca de los 25 años y me acordé cuando lo escuché en Se respira básquet. Ahí empecé a recordar de todo. Es un torneo que se torna cada vez más importante y ojalá que nos podamos juntar todos para festejarlo”.
“Fue un Argentino de un nivel muy alto y nosotros fuimos con un equipo joven, liderado por la madurez que tenían en ese momento Sandón, Coissón y Fabio. Los demás éramos chicos pero con rodaje. Andy estaba en Obras, yo en Pico FC. Las claves fueron tres: equipo solidario, muy intenso y la pasábamos bárbaro juntos”.
“Como ha pasado siempre, a Neuquén lo pusieron con una potencia. Nos tocó Córdoba en el primer turno y llegamos corriendo porque se durmió el único dirigente que nos acompañó. Entrábamos a la cancha y se nos caían los yogures en el piso. Los cordobeses ya estaban entrando en calor. Ese partido lo ganamos, nos dio mucha confianza y, sin presiones, fuimos jugando cada vez mejor”.
“La final fue de película. Perdíamos por 20 puntos faltando 7 minutos y de repente todo el estadio empezó a cantar por Neuquén. Haber ganado ese partido ante Capital de visitante y haber representado a Neuquén de esa manera es un recuerdo imborrable”.
Mario Sepúlveda
“La verdad es que era muy chico y además hacía muy poco que había empezado a jugar al básquet. No tenía ni idea dónde estaba y las fichas me fueron cayendo con el correr de los días”.
“Recuero que estaba Tucumán y había visto un jugador que me llamaba muchísimo la atención. Era Gabriel Díaz y parecía de otro planeta. Le hice un comentario a Bruno (Gelsi) y me dijo: ‘Lo conozco, te lo presento’. Charle dos palabras con él y cuando Tucumán quedó eliminado, me fue a buscar a la habitación y me regaló una camiseta. Me marcó un montón”.
“Para mi fue muy importante porque empecé a conocer desde adentro a los jugadores profesionales. Y la final fue impresionante, la bandeja de Sandón, toda la gente que terminó cantando por Neuquén…..Empecé a darme cuenta con el correr de los años y la historia quiso que 22 años vuelva a ser campeón, con mi gente en el Ruca Che”.
FOTOS Y SÍNTESIS
EL CIERRE DE LA FINAL Y LOS FESTEJOS