Febrero será un mes de arranque para el básquet de ascenso (Liga Argentina y Torneo Federal) y para la Liga Nacional Femenina, pero hoy por hoy resulta imposible pensar en que los partidos se puedan disputar con público. Hay dos puntos que son contundentes y obligan a tener paciencia: es una actividad bajo techo y el antecedente de la suspensión de la LNB, en diciembre pasado, no ayuda.
Si bien es cierto que la movida puede manejarse de acuerdo a la situación de cada región, en el ministerio de Deportes de Nación no ven con buenos ojos que los torneos se reanuden con un mínimo de gente en las tribunas.
Y el titular de la cartera, Matías Lammens, fue contundente: “He tenido reuniones con el presidente de la Confederación de Básquet y con la Asociación de Clubes y hoy no vemos la posibilidad de que vuelva el público. No consideramos que sea una decisión acertada, sobre todo en lugares cerrados”.
En una entrevista federal, emitida por Radio Nacional, el ex presidente de San Lorenzo, siguió: “Creemos que es un riesgo innecesario asumir. Ya hemos dado un paso importante teniendo casi todas las ligas en marcha, pero no sería acertado”.
En los equipos de la zona (Independiente, Centenario, Pérfora y Petrolero Argentino) los dirigentes se ilusionaban con poder salvar algunos gastos con ese ingreso reducido de público. Se pensó en 50-80 personas y habrá que ver qué determinan las autoridades locales, tanto de provincia, como de cada intendencia. Desde nación, por lo pronto, la postura es clara.
Sin dudas, el descontrol (jugadores, entrenadores, árbitros encargados de estadios contagiados de Covid-19) que cortó con la Liga Nacional en diciembre pasado juega en contra. Incluso aquella suspensión se dio de manera repentina y por orden de Lammens, cuyo ministerio emitió un comunicado con partidos en disputa en las burbujas de Obras Sanitarias y Ferro.
