Por Cristian Helou
Fue el primero de la lista y le torcieron el brazo. La prioridad de Juan Ignacio Finoli era seguir su carrera en Europa y cuando llegó la propuesta de Gigantes del Sur, la respuesta inicial fue “no”. Con el correr de los días, la mano cambió, se embaló con el proyecto deportivo y así se transformó en el armador del Dino para la próxima Liga de Vóley Argentina.
“La verdad es que no les importó mucho mi respuesta (risas). Siguieron insistiendo y acá estoy, metido en el proyecto”, largó Finoli desde Capital Federal. Porteño de nacimiento, adora Mar del Plata por “una casa que tenemos de toda la vida”. A partir de septiembre su nuevo destino será Neuquén.
Juan es un armador en todo sentido. Adentro de la cancha arma para sus compañeros y bastante seguido, arma las valijas. Tiene 27 años (cumplirá 28 el 11 de noviembre) y después de jugar varias ligas en el país (La Unión de Formosa, Buenos Aires Unidos, Untref y Bolívar), se marchó a Europa. Su último club fue Catania, en la Serie A2 de Italia, pero antes pasó por el TV Bühl de Alemania y el Nooliko Maaseik de Bélgica. La idea era seguir por aquellos lares, pero apareció Gigantes y el pasaje será de cabotaje, rumbo el sur argentino.
-¿Cómo se dio tu llegada Gigantes?
-Ya había hablado con mi representante para que me busque club en Europa y seguramente íbamos a conseguir, pero noté tan decidida a la gente de Neuquén que les di el sí. En Italia hubo una reforma en la competencia (se agregó otra liga y cambió el sistema de contratación de extranjeros) y eso me terminó de convencer. Me interesó lo deportivo y las ganas de pelear arriba y llegar, como mínimo, a las semifinales.
-¿En Europa no estaba esa chance?
– Allá estuve en equipos sin objetivos claros. No es que jugamos para no descender, pero tampoco estábamos en una posición expectante. Acá la historia es diferentes y las metas son las mejores.
-¿Y que puede pasar con Gigantes?
-Si llegamos a semifinales puede pasar cualquier cosa porque quiere decir que hiciste las cosas bien durante la etapa regular. Lo primordial es el equipo y acá está claro que se armó uno muy competitivo.
-¿Lo ves en semifinales?
-Integré equipos con muchas figuras que después no rindieron como se esperaba. A veces no son sólo los nombres. Lo importante es el grupo y acá veo que se armó uno interesante, mezclado entre jugadores de mucha experiencia y jóvenes que pintan muy bien y que te dan mucha energía. Estoy convencido que podemos cumplir con el objetivo.
-¿Que Camilo Soto (DT del Dino) haya sido armador te favorece?
– Tuve la suerte de ser dirigido por Waldo (Kantor, en La Unión y Buenos Aires Unidos) y Javier (Weber, en Bolívar). Sin dudas te dan un plus, te tiran un centro, a veces una opinión. No es que se meten en tu juego, pero está bueno tener de técnico a ex armadores. En Europa no los he tenido y ahora voy a trabajar con Camilo. Seguramente me va a servir muchísimo.
Otra de las ventajas pasará por el conocimiento de algunos jugadores con los que ya compartió cancha. Viene de ser compañero del chileno Dusan Bonacic en el Catania y antes lo hizo con Javier Filardi (Bolívar) y Tomás Ruiz (Untref y la selección Argentina).
-¿Qué conocés de Gigantes y Neuquén?
– De la ciudad, bastante poco, porque siempre estuvimos de paso, para jugar los partidos. Conozco muchos amigos que estuvieron allá y me dijeron que está muy bueno, el club y que además hay lugares tremendos para conocer. Me encanta el mar, pero también me gusta mucho la montaña y me parece que me voy a sacar las ganas (risas).
-¿Cuándo empiezan los entrenamientos?
-En principio el primero de septiembre. De todas maneras ya estoy en contacto con gente del cuerpo técnico para llevar adelante un plan de trabajo. Mientras tanto, trabajo duro y hago kinesio tres veces por semana, porque me realizaron una artroscopia de evaluación en la rodilla izquierda. Todo salió bien y estamos listos para llegar de la mejor manera.