Por Carolina Magnalardo
Hace un año las jugadoras de fútbol de la Asociación Deportiva Centenario fueron noticia por algo inédito: hicieron una sentada para exigirle al club respuestas por una compañera lesionada. El reclamo, que fue una muestra de solidaridad, contó con el apoyo de las colegas de Atlético Neuquén que ese día eran rivales en la cancha pero sororas en la vida.
El 5 de mayo de 2019 la jugadora de Centenario, Silvina Benítez, se lesionó en un partido contra Pacífico en la cancha del Decano. Tras un mes y medio sin encontrar respuestas en su club, sus compañeras decidieron que era hora de hacerse escuchar. Doce meses después, Aguante Neuquén habló con la futbolista para saber cómo se encuentra.
“Se me cortó el ligamento cruzado anterior, tuve una lesión en el menisco y también en el ligamento lateral. El tema fue complicado de entrada. Tuve que insistir mucho, mover para pedir presupuestos, ir a varios médicos, todo por mi cuenta”, recuerda la cipoleña de 28 años.
La jugadora indicó que pagaba una cuota a través de la cual tenían seguro. Se abonaba del 1 al 10 de cada mes pero el 5 de mayo, cuando se lesionó, aún no la había abonado y desde el club le informaron que no podían cubrirla. “Me dijeron que no había plata y yo tampoco tenía porque no estaba trabajando pero sí pagábamos la cuota. El seguro era con reintegro, o sea que tenías que pagar vos todos los estudios y tratamiento y después del alta supuestamente te devolvían”, relató.
Luego de la sentada, comenzaron las respuestas. “El club me envió a un traumatólogo del hospital y me hicieron una resonancia. Además compraron el tornillo que necesitaba y me operaron en el hospital Heller de Neuquén el 5 de julio. Tras eso, no volví a tener contacto con nadie del club así que fui a kinesio al hospital Castro Rendón y luego a uno de Cipolletti. Era muy caro, por lo que solo iba tres veces por semana y hace unos meses estuve yendo a un deportólogo”.
Aquella sentada no fue la única acción conjunta del plantel. Centenario fue campeón de la Lifune femenina en 2018 y tras alcanzar ese título que pocos clubes de la región tienen, las jugadoras se encontraron con que ya no tendrían lugar en la institución. “A pesar de que habíamos salido campeonas, nos comunicaron que no iba a haber más femenino. Nos organizamos, presentamos una nota a la comisión y logramos que siguiera”.
La recuperación va por buen camino pero está tardando más de lo esperado: “Aún tengo dolor en la rodilla y toda la zona de la lesión y por ahora no puedo jugar. Tengo muchas ganas de volver y en cuarentena comencé a hacer ejercicios y correr un poco en el patio”.
“Me gustaría que todos compartieran la nota para que sirva de ejemplo de lo que no se debe hacer. Gracias a Dios yo tuve el apoyo de mi familia y mi pareja que me bancaron las sesiones de kinesio y demás pero hay personas que no tienen esa posibilidad. Antes de ser jugadoras de fútbol somos personas y una lesión así te complica en muchos aspectos: hace dos meses empecé a trabajar en una empresa y tuve que dejar la rehabilitación. Si en aquel momento hubiese tenido el apoyo de otros grupos, además de mis compañeras, quizás estaría jugando otra vez. Esta lesión tiene un tiempo de recuperación de seis meses aproximadamente; ya debería poder volver pero hace un año que estoy rehabilitando y todavía estoy a medias”.
Por su parte, Néstor Mingot, quien preside la institución desde hace dos años, señaló que las gestiones que realizó fueron siempre en representación del club y de la comisión directiva. “Tenemos fútbol femenino desde el 2014. El club fue el que se ocupó de este caso, se trabajó desde la comisión y yo era el encargado de llevar adelante las gestiones”.
Asimismo, indicó que “aún no sabemos si vamos a recuperar ese dinero que debía reintegrarnos el seguro. Para los dirigentes el día a día es muy duro y no hay que olvidar que el trabajo social que hacen los clubes es muy importante”.