Por Cristian Helou
Está muy claro que el básquet nacional necesita una reestructuración, que muchas cosas las atan con alambre y que abundan los proyectos efímeros. Pero de ahí a pensar que la culpa de todo la tiene el Torneo Federal hay un largo camino. El plan de la CABB propone un cambio demasiado drástico para la tercera categoría y esto llena el futuro de incertidumbre.
El TFB se transformó en el atajo preferido de la flamante dirigencia. La Liga Nacional bajó su nivel de manera considerable en los últimos años y esa merma llegó de la mano con la Liga de Desarrollo, que no cumplió con las expectativas. ¿Qué hacemos con ella? La pegamos al Federal.
La Liga Argentina, una propuesta atractiva, competitiva y tentadora porque los números están a un campo de la LN, conserva esa pasión de pelear por llegar a la elite, pero muchos de sus equipos hacen malabares para poder subsistir. ¿Cuál podría ser la solución? Invitar equipos del Federal.
En otras palabras, el Federal molesta pero algo tiene. De movida, 72 clubes. Y después, competitividad, pasión, espíritu amateur y en el caso de los neuquinos, muy buenos marcos de público. Es cierto que los números a veces se tornan incontrolables pero, se sabe, es algo que ocurre en todos los equipos del país: desde el primero de la Liga Nacional hasta el último del TFB.
La CABB pretende que los planteles de la Liga Federal de Desarrollo –ya fue bautizada- tengan los topes de 4 fichas mayores y 6 U21. Hoy, este formato no cierra en ninguno de los neuquinos y la situación se repite en la mayoría de las regiones del país. La cabeza dirigencial se mantiene inflexible y ni siquiera contempla la posibilidad de sumar dos fichas U23, que podría encauzar el rumbo para llegar a un punto de coincidencia.
Por ahora, las sugerencias que han realizado algunos clubes no tuvieron cabida y las dos preguntas que realizaron desde la CABB para empezar a armar la próxima temporada, fueron demasiado básicas: 1) En caso de participar en la próxima edición, ¿condicionan la misma a que se mantenga la regionalización de la temporada 19/20? 2) Es posible, que cuando las autoridades Nacionales permitan regresar a la competencia deportiva de manera uniforme en todo el país, sea sin público. ¿Está dispuesto a jugar de esta forma?
Desde el mismo momento en que las consultas salieron desde las PC se sabían las respuestas: sí la primera, no la segunda. El 90% de los que juegan el Federal lo hacen porque pueden manejar el presupuesto de los traslados y porque las recaudaciones son vitales….
Si las tribunas muchas veces estuvieron colmadas fue porque volvieron los clásicos, pero también por los nombres. Jugadores que eligieron retornar a casa para dar una mano, para retirarse de la mejor manera y para guiar a la camada que está cerca de primera.
Si el Viejo Ramírez lució lleno en la mayoría de las noches fue porque volvieron el Cusita Oviedo o Charly Sepúlveda. Si Independiente metió una gran campaña en la 18-19 fue porque trajo jerarquía (Etchepare, Dentis, Villanueva…). Si Pérfora terminó primero fue porque contrato a Byron Johnson o repatrió al Tuti Ruiz. Si Centenario sacó un aprobado en la temporada debut fue porque armó un equipo competitivo pero tuvo que buscar cinco titulares que no estaban en casa.
Modificar de manera tan abrupta los planteles es un riesgo tremendo y decididamente privaría a los clubes de tener buenas recaudaciones. Está claro que hay que darle lugar a los chicos, pero de manera gradual y a su debido tiempo.
Gastón Schafer, de DATA Básquet, realizó un informe preciso y lleno de claridad: “Buscando en los números de la última temporada nos encontramos con que los equipos utilizaron entre plantilla inicial y recambios un total de 1.082 jugadores. Desglosando de acuerdo a las edades observamos que 475 (44%) de los jugadores utilizados tenían 23 o más años al inicio del torneo, mientras que 154 jugadores (14%) ocuparon el rango entre 20 y 22 años y los menores U19 utilizados fueron 453 (42%). En base a esta disgregación nos encontramos que el goleo de los jugadores mayores de 23 años representó el 73,4% de los puntos anotados por los 72 equipos del TFB, algo que indica el peso innegable de estos jugadores para llevar adelante la tarea ofensiva de los equipos. Mientras que los jugadores entre 20 y 22 años anotaron el 17,4% de los puntos y los juveniles solo el 9,2%”.
En las últimas horas, Fabián Borro, presidente de la CABB, largó: “Queremos reafirmar el federalismo, la inclusión y lo igualitario de las posibilidades. Queremos pasar del trabajo artesanal de los clubes a un programa sistemático, que refleje el trabajo de los clubes de pueblo y de barrio, que son los principales pilares de nuestro sistema deportivo”. El mensaje es claro, pinta bien, pero hay un faltante: la palabra “gradual”. Hoy el cambio que propone es letal.
“Buscamos redefinir los roles de las competencias, que cada una tenga una razón de ser, para que haya una coherencia entre las distintas divisiones profesionales, aprovechando esta alianza entre la CABB y la AdC que nos permite pensar y diagramar el básquet argentino como uno solo”, declaró Borro. Por un lado el discurso por otro lejano, los hechos. Tienen que ir a estudiar los principios y filosofía de la creación de la LN y dejar de decir incoherencias. Y pese a que “el estamento de los dirigentes fue el que más progresó”, no estaría de más que consultaran a los que proyectaron, diagramaron y pusieron en funcionamiento la competencia que le cambió la cara al básquetbol argentino. Mientras tanto seguimos avanzando para atrás.