Por Cristian Helou
La colocación de canchas de césped sintético no tiene freno en la provincia de Neuquén. En las últimas horas fue el turno de Villa Pehuenia-Moquehue y la próxima será en San Martín de los Andes, dos lugares paradisíacos en los que el verde domina la escena. Sin dudas son decisiones que, como mínimo, merecen análisis.
La carpeta sintética aporta soluciones en sitios donde es imposible que salga césped y de hecho varios clubes revivieron a partir de esta obra. Sin embargo, suena raro que en la villa turística o en San Martín de los Andes no se pueda realizar un proyecto más “natural”.
Es cierto que hay reclamos de las poblaciones para tener un espacio deportivo en condiciones, apto para la práctica de diferentes actividades. Si los anuncios de campaña hablan de colocar 50, 80 o 100 canchas de césped sintético, es fácil meterse en cola a esperar el turno. Pero a veces, las inversiones deben rumbear para otro lado: Villa Pehuenia-Moquehue, sin ir tan lejos, estuvo sin servicio de internet entre diciembre y enero…
Y si de San Martín se trata, el comienzo de año tuvo una revolución con la llegada de River para hacer la pretemporada. Entrenó en un lugar perfecto, con un verde natural soberbio llamado El Desafío. Hay cientos de mantos verdes como esos en la ciudad y alrededores. ¿Es necesario entonces un rectángulo de plástico en la ciudad?
Cualquiera que haya hecho rodar una número 5 en las dos superficies se da cuenta que la diferencia es abismal. No se puede comparar. Pero el proyecto sigue su marcha y las canchas sintéticas son el punto saliente de la Revolución Deportiva. En varios clubes la movida dio sus frutos, pero en otros es innecesario. Son obras que vienen de arriba, ideales para tapar falencias dirigenciales y políticas.