Derriba los palos, desde Neuquén hasta Las Vegas

Pardo competirá en el Sudamericano de Colombia y en el Mundial de Estados Unidos.

Por Abigail Varela

Todos, en algún momento de su vida, han jugado al bowling. La mayoría lo hace por diversión entre amigos y familiares, pero otros eligieron el camino competitivo. Es el caso de Héctor Pardo, actual campeón nacional de la categoría sénior, que en los próximos meses participará en el Sudamericano de Medellín y el Mundial de Las Vegas.

“Cuando era más joven jugaba en pistas de palos chicos. Pero de grande empecé a practicar en las pistas que se encuentran en el shopping de La Anónima, que son de palos grandes. En ese momento estaba dentro de un club y me di cuenta que quería interiorizarme más en el deporte. Así que además de jugar, tomaba clases. Viajaba a Buenos Aires o sino me filmaba y se lo mandaba a mi profesor, que también es jugador (Lucas Legnani). Él me corregía la técnica de tiro y la caminata para que mejorara”, explicó Pardo.

Con el paso del tiempo, la práctica que realizó el campeón lo ha llevado a poder avanzar a las grandes ligas que hay dentro del bowling. “Jugué torneos nacionales que me llevaron a recorrer todo el país. Hasta que en Venado Tuerto, para los grandes del deporte, logré el título (obtuvo la mejor línea del torneo, con 266). Ahora voy por uno de los sueños. En marzo tengo el Sudamericano en Medellín y en septiembre voy a Las Vegas a participar del Mundial”, expresó Héctor con entusiasmo.

Y agregó: “Poder llegar a Las Vegas es un sueño. Ya el hecho de estar en un deporte que te gusta y encima poderlo jugar al lado de los mejores del mundo es impagable. Sin desmerecer el Sudamericano, pero el Mundial es algo más importante porque estas con los mejores de las categorías, de los sénior y los súper sénior”.

El campeón argentino sénior, en acción.

Tanto el material como la práctica son condiciones que van de la mano para el deportista. “El par de zapatos y las bolas van conmigo siempre. Pero lo que más importa es la práctica que yo tenga para poder usar mis materiales de la mejor manera. Caminar la pedana, desde que salís hasta que llegas a la línea de full donde haces el desprendimiento de la bola, implica mucho trabajo y tiene que salir de forma automática, normal. Y otra parte importante es desprender la bola sin fallas. Saber mantener el equilibrio y la concentración para que todo salga bien”, detalló.

Las pistas por donde se desliza la bola esconden un secreto que el público en general y los que osan del deporte como un juego, no conocen: “No son como las ve todo el mundo, para nosotros la pista tiene un grado de aceite que no es pareja siempre. Ese aceite, con el transcurrir del juego, va cambiando y uno se tiene que dar cuenta cómo es ese cambio. Para mí eso lo hace atractivo, porque no todos se adaptan a esas modificaciones”.

A pesar de que en la capital neuquina haya un solo espacio donde practicar este deporte, Héctor afirma que no está en buenas condiciones. “Siempre he tenido que viajar para poder practicar o jugar en algún torneo. Pero de todas maneras, los resultados individuales que he conseguido con la trayectoria, me fueron alentando a que no deje de practicar lo que tanto me apasiona que es el bowling”, concluyó.

Héctor, con la medalla lograda en Venado Tuerto.

 

 

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