Se viene la revancha del clásico zapalino en la Copa Neuquén y en la previa juegan al teléfono descompuesto. En día agitado, con idas y vueltas, en el turno mañana la municipalidad autorizó a disputar el duelo Don Bosco-Unión con 300 personas, pero a la tarde la dirigencia del barrio anunció que será sin público.
En el anuncio matinal, Belén Aragón, secretaria de Gobierno local, anunció en declaraciones a radio Municipal que el derby iba a ser con público y el control a cargo de la Fiscalía Municipal, la policía provincial y la organización del club, quienes debían controlar los ingresos de los hinchas, controles mediante.
Todo cambió con el correr de las horas y fue la dirigencia de Don Bosco la que determinó jugar a puertas cerradas. La delicada situación sanitaria de la ciudad y los antecedentes recientes en el clásico de ida son motivos suficientes como para tomar esta decisión.
En la cancha del Canario se vivió una tarde para el olvido, con protocolos que no fueron respetados y un abrupto final, luego de la agresión a un efectivo policial. Después el Tribunal de Penas falló a favor de Unión. Si bien es cierto que la idea era jugarlo sólo con hinchas locales, los dirigentes del Barrio, que transita los primeros días bajo el mando de Jorge Chino Badilla, creen que la situación no está para que ingrese gente al estadio. El clásico irá el sábado y todavía no se confirmó si será a las 16 o a las 17.