FOTOS MATÍAS SUBAT
En un partido que empezó muy flojo, pero se llenó de emociones en el cierre, Biguá superó a Lácar por 60-59 (51-51), en tiempo suplementario, y quedó a un paso de coronarse campeón del Apertura de básquet de primera, un torneo de andar desprolijo, con faltazos, sanciones y partidos que quedaron en el camino. De hecho, sólo se disputó un duelo de semifinales, que Español le ganó a Biguá, pero después llegó la desclasificación para los Gallegos. Los de San Martín ni siquiera vieron acción en esa instancia, porque Pacífico corrió la misma suerte que el equipo de Plottier.
Al margen de las polémicas, hay una definición y el mejor equipo de la fase regular está a 40 minutos del título. Le costó y corrió desde atrás en gran parte del partido, pero un par de apariciones claves de Gonzalo Esteban (goleador del juego con 18), Nahuel Muñoz (15) y el siempre efectivo Lautaro Riego (16) torcieron la historia.
La primera mitad fue para el olvido, con un resultado de mini. 10-10 terminó el cuarto inicial y 20-21 el segundo. Las bombas de Riego y Luca Canestrari (15) sacudieron la modorra en un contexto pobre, con mucha defensa y más nervios que buen básquet.
El desarrollo se hizo más entretenido en el complemento. Y los Canestrari hicieron de las suyas porque ahora se ilumino Bruno (17) y pareció que la balanza se inclinaba definitivamente para el lado de Lácar, que sacó 7 de diferencia (37-30).
Esa brecha se agrandó a 10 (41-31), pero un triple de Esteban le dio ilusiones a Biguá, y lo mejor llegó en el final. Con 3:20 por jugar, otra bomba del perimetral dejó el encuentro a sólo 3 (42-45), algo impensado minutos antes.
Embalado y con el aliento del público, Muñoz hizo estallar el estadio con un rebote ofensivo y posterior doble para el 51-49. Lácar parecía golpeado, pero aprovechó un error de Esteban en la salida y otro Canestrari, Marco (11) hizo clinc caja. 51-51 y cinco extras.
A esa altura nadie se acordó del gasolero marcador y lo jugaron con el alma. Cinco puntos al hilo de Esteban sostuvieron a Biguá (56-53), pero Lácar siempre encontró respuestas Canestrari. Por eso, la agonía se extendió hasta el sonido de la chicharra. Antes, Riego puso un doble vital, la ventaja fue de tres (60-59) y los de San Martín no encontraron la manera de tirar un triple. Esta vez Marco anotó por 2, a la visita no le alcanzó y el viernes deberá ganar en San Martín si quiere volver a definir el título a la capital. Biguá, que lo tenía perdido, lo ganó y ahora va por la corona.