Por Abigail Varela
Entre las calles El Trigo y El Girasol corre la pelota un equipo que va con todo. Donde antes era el basural de la meseta ahora el lugar se llena de niños y niñas dispuestos a dejar todo en cada partido de fútbol. Son, sin dudas, las estrellas de la Colonia Rural Nueva Esperanza de la capital neuquina.
La basura, los yuyos y las piedras no impiden que la Escuela Deportiva Beraka lleve a cabo sus actividades durante la semana. “La primera vez que conseguimos un espacio en la meseta fue a través del presidente de la comisión vecinal, en el 2015. Ahí, todos los sábados, empezamos a ir con una pelota para jugar futbol con los chicos”, comentó el presidente de la Asociación Civil, Orlando Traiber.
Desde el año 2015 la idea principal de la escuela fue reunir niños y niñas que quisieran practicar el deporte. Hoy en día más de 100 jugadores están finalizando la liga AIFOC. “Cuando corre viento las bolsas crecen en la cancha. La falta de estructura afecta pero de todas formas el lugar cobra vida con lo que ponemos ese día y ese rato”, agregó Traiber.
Actualmente cuentan con categorías que van desde la 2001 hasta la 2013, casi siempre con equipos mixtos. “Con todos siempre apuntamos a lo recreativo-deportivo para que puedan disfrutar de lo que les enseñamos y también para que salgan por unos minutos de su condición de vida”, expresó Giannina Chialva, DT de las divisiones 2008/ 2009 y 2010/2013.
“El deporte crea conducta, crea sentido de grupo, se necesita de otros, se ayuda. El deporte edifica, en la cancha somos todos jugadores y dejás de lado toda diferencia y condición. Para nosotros el fútbol crea pautas que después a los chicos les sirve para la vida”, cerró Orlando Traiber, presidente de la Asociación Civil deportiva Beraka.