Por Cristian Helou
El básquet, deporte estadístico si los hay, está muy pendiente de todo tipo de números. La naranja puede entrar o dar vueltas en el aro y algún base es capaz de meter una tapa inolvidable, pero también están las cifras que influyen en el bolsillo y ahí la situación se complica. Neuquén tiene seis equipos en las competencias nacionales, todos dependen casi en exclusividad del estado y eso los lleva a estar con los celulares prendidos 24 horas al día. ¿El motivo? Los pagos se efectúan con mucho delay y el rubro preocupación está en alza.
En las últimas horas el gobierno canceló parte de la deuda con Pérfora, Centenario y Pacífico (los tres del Torneo Federal), pero todavía no tienen novedades los dos de la Liga Argentina, Petrolero y Centro Español, y el restante del TFB, Independiente.
Esto, sin dudas, genera tensión. Los que cobraron, respiran aliviados (por un tiempo), pero los que siguen en la dulce espera, agonizan. Por el momento, tiran todos del carro y le buscan la vuelta. De hecho, la semana pasada estuvieron a segundos de enviar una carta al gobernador Omar Gutiérrez. Cuatro dirigentes votaron por el sí, dos se opusieron y como no hubo unanimidad, decidieron esperar.
El pago de esta semana trajo calma a la mitad de los equipos y genera ilusión en el otro tridente. Petrolero, que debe afrontar dos giras, es el más complicado e incluso, un representante amagó con llevarse un jugador del plantel superior. Español, por el momento, se ve favorecido por una seguidilla de partidos en casa, pero los números no cierran. Y el Rojo tiene un presupuesto muy inferior, pero también aguarda ansioso.
“Sin el apoyo del gobierno sería imposible jugar”, es una frase que se escucha bastante seguido por estos lares. Una vez más, ¡y van! queda al descubierto ese combo difícil de acomodar: escaso apoyo privado, falta de ideas en la dirigencia, en algunos casos poco acompañamiento del público y un gobierno que da el sí con extrema facilidad pero después se toma su tiempo para pagar.