Tuvieron que cambiar de planes por la pandemia y la apuesta terminó con balance positivo. Más de 1.400 niños y niñas, adolescentes y jóvenes pudieron jugar y disfrutar el verano a través de las colonias de vacaciones municipales que transformadas en unidades culturales y deportivas gratuitas se multiplicaron en 40 sectores diferentes de la ciudad.
Son espacios que se moldearon a la nueva normalidad con lineamientos estrictos y grupos reducidos, quienes en estos dos meses llevaron puestos sus barbijos y eso no impidió que socializaran, hablaran, realizaran actividades e intercambiaran experiencias después de casi un año de confinamiento.
“Hemos formado un equipo y podido cerrar un año difícil, con la seguridad de que lo que planteó Mariano Gaido de brindar un contexto nuevo y seguro ha sido un éxito y ese éxito lo reflejan los chicos”, dijo el titular de Cultura, Deportes y Actividad Física, Mauricio Serenelli.
Una abuela, Yolanda Flores, que llevó a su nieto y de paso a otros chicas y chicos del barrio La Sirena, donde vive, a la unidad cultural y deportiva de Afuven, contó que al principio tomaron con cuidado la propuesta. Pero en el final “estamos felices de verlos tan contentos, estoy eternamente agradecida a los profes y a todos los que trabajaron en las colonias, son un equipazo, fue un trabajo precioso”.
Una de las premisas del trabajo fue respetar el distanciamiento social y las pautas sanitarias establecidas entre los grupos rotativos que funcionaron como “burbujas”, cada una con un responsable a cargo. Las áreas cultural y deportiva trabajaron coordinadas planificando las actividades para que resultaran atractivas a las edades.
“Trabajamos mucho para que las 40 unidades tuvieran no éxito por la cantidad de chicos participantes sino por que estén contentos y los padres también, que vean que se los cuidó y que es posible trabajar juntos en pandemia con todos los cuidados”, aseguró Serenelli.
Un equipo de 214 personas entre profesores, auxiliares pedagógicos, capacitadores culturales, de servicios y de limpieza hicieron lo necesario para cumplir la meta.
“El jueves tuvimos el cierre de las unidades culturales y deportivas para personas con discapacidad con el acompañamiento de la familia desde el día uno y con la impronta –anticipó- de que estas actividades las podamos repetir durante el año, es decir, que nos podamos encontrar en los diferentes barrios una vez al mes con actividades culturales y deportivas para todos y no sea tan largo el reencuentro”.
Las actividades de verano estuvieron atravesadas por lo cultural, y según la subsecretaria de Cultura, Silvia Labrin, “la recepción fue muy buena” y superó las expectativas: “Logramos que los niños y niñas se acerquen a disciplinas diferentes como el tango y la danza a través del juego, había chicos que nunca habían escuchado un tango, no sabían qué era. Hemos estado con teatro, con actividades recreativas de manualidades y realmente todo funcionó muy bien”.
Las unidades se distribuyeron entre clubes privados, centros deportivos comunitarios y en comisiones vecinales, de las cuales 30 fueron para los peques, 10 para adolescentes y jóvenes, y 2 para personas con discapacidad, las cuales funcionaron en el Club Alta Barda y en NeuDeDis sin límite de edad.