Integra los preseleccionados nacionales desde los 14 años y, lejos de aflojar, le metió garra para ganarse un lugar. El premio a esa constancia llegó a los 21 y Ailén Herrera ya está enfocada en los Juegos Suramericanos sobre Ruedas, que se llevarán a cabo en San Juan. Fondista del equipo de Alta Barda, la patinadora neuquina no duda en afirmar que está “cumpliendo un sueño”.
En un alto del entrenamiento, con el visto bueno del cuerpo técnico, Ailén largó: “Voy con muy buenas expectativas a San Juan. Me especializo en carreras súper cortas, 100 o 200 metros, y a veces me meto en los 500. Este es mi primer reto con la selección y obviamente voy a dejar todo”.
Mientras cumple al pie de la letra el plan armado por Marina Baca Cau, que incluye doble turno, Herrera admite que “el trabajo que realizamos es fuerte pero muy importante. Es exigente, no sólo en equipo, sino también en lo personal”.
Ailén además, cuenta con la ventaja de tener cerca de Rosana Sastre, quien será una de sus técnicas en el Suramericano, junto a María Eva Richardson. Dos campeonas del mundo al servició de la selección. “La verdad es que sabemos que estamos en muy buenas manos y por eso queremos lograr lo mejor para el país”, dijo.
En el equipo de damas mayores, Herrera tendrá como compañeras de velocidad a Ailén Tuya, Micaela Siri y Micaela Bonino, mientras que en el de fondistas habrá dos socias neuquinas –y de Alta Barda-, Camila Quintulén y Josefina Reyes Petrellli. “Siempre tenemos ese apoyo moral de las chicas y es muy importante”, resaltó.
Herrera forma parte de esa privilegiada especie que la rompe en todos los deportes. “De chiquita era bastante buena en hándbol, fútbol, vóley, pero ahora sólo hago patín”, afirmó. Arranncó a los 8 en la escuela municipal de Gregorio Álvarez y a los 11, hace ya una década, se sumó al equipo de Alta Barda, para transformarse en una pieza clave. Le metió constancia, se la bancó cuando llegaron los cortes en las preselecciones y ahora está ante su primera gran chance internacional.
