Por Cristian Helou
Es cierto que la suspensión de la Liga de Vóley Argentina puede marcar el puntapié inicial para las demás disciplinas. Pero también es verdad que era la competencia con más fácil resolución a nivel nacional. Sólo quedaban dos instancias (semifinal y final) y aunque seguramente el parate por el coronavirus seguirá por mucho tiempo, resulta extraño que haya sido la primera competencia en decir basta.
¿Cómo fue la definición? Se dio un resultado de vóley, sin público y por videollamada: 3-1. Bolívar, Ciudad y UPCN votaron por la suspensión. Gigantes del Sur fue el único que optó por esperar. Así, la ACLAV definió dejar sin campeón a la liga 2019-2020.
Por el momento de incertidumbre que se vive suena lógica la determinación que tomaron las Águilas, los bonaerenses y los cuyanos. Pero también queda en evidencia el apuro. Y claramente, brotan las dificultades de una liga que tuvo problemas desde el inicio. De hecho, se llegó a los nueve equipos de milagro y casi no arranca.
Esto obligó a cambios en el calendario y a incorporar un par de Grand Prix para que se pueda tener una fase regular decorosa, con 20 partidos disputados. Y en el medio, casi todos sufrieron dificultades económicas. Ateneo metió dos faltazos a Neuquén y el propio Gigantes jugó un partidos minutos después de clamar por falta de pago.
Sin tomar en cuenta esta pandemia que marcará un antes y un después en todas las actividades, la Liga de Vóley estaba en una situación muy delicada. Tal vez esa racha negativa influyó y llevó a tomar una decisión apresurada.