Por Nicolás Tamborindegui
Dos veces en la historia, nuestro país tuvo la oportunidad de organizar un Mundial de Básquet: En 1950 en lo que fue el primer mundial de todos, y en 1990, hace 30 años, donde nuestra selección, lejos de ser la potencia que es desde la irrupción de la generación dorada, tuvo que conformarse con un octavo puesto con sabor a poco. Lo más importante fue haber tenido a nuestro suelo a uno de los mejores equipos FIBA de la historia, la Yugoslavia de Kukoc, Petrovic y Divac entre otros, y haber disfrutado de algunos monstruos como Andrew Gaze, Luc Longley, Kenny Anderson, Alonzo Mourning, Alexander Volkov, Oscar o Panagiotis Giannakis entre otros.
En ese momento Argentina era considerada una selección de tercer orden, por eso fue a parar al grupo con una potencia (la Unión Soviética), un equipo a priori superior (Canadá) y uno más débil (Egipto). El técnico era Carlos Boismené y por diferentes cuestiones no pudo contar con Hernán Montenegro, Esteban Pérez, Esteban Camisassa o Germán Filloy. La preparación incluyó mucho rodaje contra equipos europeos pero lamentablemente sobre el final sufrió una lesión la máxima figura del equipo, Héctor “Pichi” Campana, que venía de grandes temporadas en la Liga Nacional. El cordobés llegó al debut con lo justo.
Este mundial tuvo un gancho regional: Independiente de Neuquén, que había salido tercero en la liga corta del 90 previa al mundial, aportó dos jugadores al elenco nacional: el base Marcelo Richotti, tercer base detrás de Marcelo Milanesio y Miguel Cortijo, y el alero Esteban De la Fuente, que a priori iba con el objetivo de sumar experiencia y ganarse sus minutos. El resto del plantel era integrado por Milanesio y Cortijo (bases), Campana y el Negro Carlos Romano (escoltas), Julio Ariel Rodríguez (alero), Sebastián Uranga y Diego Ossella (ala pivots) y Diego Maggi, Gabriel Milovich y Ariel Scolari (pivots)
Y esa presentación fue ante el rival más fuerte, la URSS, superior de principio a fin. Fue caída por 20 puntos: 97-77 (44-33 el primer tiempo) Volkov, de los Atlanta Hawks, metió 24 y bajó 11 rebotes y el formidable tirador Valery Tikonenko hizo 20. 15 aportó desde el banco el base Sergei Bazarevich. Por Argentina, poco de Pichi, solo 10 puntos, y el goleador fue Milanesio con 23. Buen aporte del Lunguito Rodríguez con 14. Richotti no convirtió en 3 minutos y De la Fuente no ingresó.
Contra Canadá, por la segunda fecha, era el partido clave: había que ganar para poder acceder a la fase campeonato. Y se dio uno de los partidos más inolvidables de la historia del básquet nacional. El equipo norteamericano contaba con muy buenos jugadores como el NBA Rick Fox, Dwight Walton, Gerald Kazanowsky o Anthony Simms. A falta de 3:54 para el cierre, Argentina perdía 85-72 y estaba con un pie y medio afuera de la clasificación, pero ocurrió el milagro: metió un parcial increíble de 24-3 a puro triple (hasta ese momento llevaba 1 de 19) y logró el triunfo por 96-88. Campana con 20 y Uranga con 19 fueron los goleadores. Richotti no convirtió en 5 minutos y De la Fuente tampoco ingresó.
Egipto era un rival inferior y con un triunfo el equipo de Boismené cumplía el principal objetivo de acceder a la próxima instancia entre los 8 mejores del mundo. Costó un poco en el primer tiempo (40-41) pero ganó bien: 82-65. Y fue un triunfo que se gritó fuerte en Neuquén: De la Fuente, que no había visto minutos hasta ese momento, se destapó con 20 puntos y fue el goleador del partido. Richotti no jugó.
¿Qué hubo en las otras zonas? Yugoslavia clasificó en segundo lugar en el grupo A tras perder un partidazo con Puerto Rico de Piculín Ortiz, Jerome Mincy y Ramón Rivas (En ese partido la rompió alguien que pocos años después vestiría la camiseta de Independiente, Edgar León) El grupo B fue un festival de anotación con Oscar (Brasil), Gaze (Australia) y Antonello Riva (Italia). Finalmente pasaron los dos primeros tras un triple empate. Por el C clasificaron Estados Unidos y Grecia; y España tuvo que ir a jugar la ronda consuelo, pese a tener a un Jordi Villacampa en un nivel superlativo. Los americanos tenían un equipo integrado por universitarios, con Mourning y Anderson como estandartes. Ambos serían figuras de la NBA años después. También estaba Christian Laettner, que en el 92 integraría el primer Dream Team.
Entre los 8 mejores equipos del mundo y ya en el Luna Park, Argentina salvo en algunas ocasiones no dio la talla, aunque estuvo cerca en algunos juegos importantes. Casi da golpe en el primer partido frente a los jóvenes de Estados Unidos, pero fue derrota en final cerrado 105-100. Gran partido de Campana con 33 puntos, pero Kenny Anderson estuvo intratable con 32 unidades. Buen juego de De la Fuente con 9 punto en 11 minutos, mientras que Richotti aportó su primer punto en el torneo con un simple. Esa noche la selección se fue muy aplaudida.
Lo que vino fue una dura derrota contra Puerto Rico por 92-76, con Campana, Romano y De la Fuente como goleadores con 17, 15 y 12 puntos respectivamente. El jugador de Independiente de Neuquén ya se había ganado la titularidad y respondía con puntos y defensa. Al partido siguiente una nueva derrota, esta vez de manera ajustada, 95-91 ante Australia, pese a la recuperación tras un mal comienzo. Julio Ariel Rodríguez con 24 fue el mejor. De la Fuente convirtió 2 puntos como titular y Richotti 10 alternando en la conducción con Milanesio.
Argentina fue a jugar del quinto al octavo puesto, primero contra Grecia, siempre en Buenos Aires. Otra vez estuvo cerca pero volvió a perder. Fue 81-78. Indefendible Giannakis para los bases nuestros, metió 36 puntos y marcó el ritmo del partido. Sebastián Uranga con 20 fue el único que estuvo a la altura. 6 puntos para De La Fuente y 5 para Richotti, ambos desde el banco. Luego, el equipo local cerró su mundial perdiendo nuevamente contra Australia en el partido por el séptimo puesto, esta vez por 98 a 84. No jugaron De la Fuente ni Richotti y se destacaron Maggi y Romano con 20 puntos cada uno.
Yugoslavia fue el campeón al ganarle con comodidad la final a los soviéticos por un contundente 100 a 77 de la mano de Kukoc con 21 puntos y un goleo repartido del resto. Era un equipazo que lo tenía todo. El tercer puesto fue para los Estados Unidos que en un partidazo en tiempo suplementario le ganó a Puerto Rico 107-105. Quinto terminó Brasil que derrotó a Grecia con 44 de Oscar. De la ronda consuelo no mucho para destacar, solo los 62 puntos con 14 triples del surcoreano Jae Hur contra Egipto en el partido por el decimoquinto puesto.
Kukoc fue el MVP. El quinteto ideal se completó con Petrovic, Volkov, Mourning y Divac. El brasileño Oscar fue el goleador con 35,7 puntos de promedio. Una particularidad: tras la final, un hincha saltó a la cancha con una bandera de Croacia y Divac se la quitó, motivando el enojo de Petrovic (croata). Ese incidente marcó el principio del fin de la amistad entre ambos jugadores, en un hecho que hasta hoy se recuerda aún más que el propio mundial.
Según medios de la época, la organización dejó mucho que desear. Argentina demostró estar lejos de la élite del básquet mundial, algo que se repetiría durante las siguientes dos citas con los mejores equipos del planeta (noveno puesto en Canadá 94 y octavo cuatro años más tarde en Grecia), aunque en el medio empezarían a verse algunos progresos de la mano de la consolidación de la Liga Nacional. Lo que sí está claro es que ayudó a que más gente se interesara por el básquet en nuestro país.