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A 20 años de la pelea que pudo cambiar la historia del boxeo neuquino: Johnston-Ríos

El púgil de Centenario hizo una gran pelea el 26/06/1999, pero los jueces se despacharon con un fallo muy localista.

 

Por Cristian Helou

“Por ahí le doy un vistazo a la pelea, pero de lejos porque termino amargado (risas). Hace dos semanas la vi”. Pasaron 20 años y Aldo Nazareno Ríos (Centenario, 21 de abril de 1974) está convencido de que le ganó a Stevie Johnston y los jurados le cortaron la posibilidad de ser campeón mundial CMB de los livianos. Fue el combate de su vida, en el Mandalay Bay de Las Vegas y una victoria, sin dudas, hubiera cambiado no sólo su vida sino también la del boxeo neuquino.

“Fue un choreo mal. Cuando me bajo del ring, me hace el reportaje Abraham Larena y me dice ‘Ríos, fue un robo a mano armada’. Esos tipos no se equivocan y saben”, recordó El Galán, quien admitió que un triunfo “nos hubiera venido bárbaro a todos. A mí, a Bruno (Godoy, su entrenador) y a un montón de gente”.

Pesaje previo a la pelea de Las Vegas.

Aquel 26 de junio de 1999 la región se paralizó con la pelea transmitida por Space. Ríos era uno de los mejores boxeadores argentinos, respetado en todos lados y temible para los rivales del país. Llegó a Estados Unidos con un andar inmaculado (20-0-0) y, para muchos especialistas fue el ganador de la pelea. No opinaron lo mismo los jueces que se despacharon con tres tarjetas muy localistas: Chuck Giampa 116-112, José Juan Guerra 117-112 y Kurt Stroer 118-110.

Era tan bueno el momento del Galán que Rafael García, uno de los entrenadores más prestigiosos de la historia, no lo dudó y estuvo en su rincón. Antes Aldo estuvo con boxeadores como Sugar Ray Leonard o Tommy Hearns, y después con un tal Floyd Mayweather. Sabio como pocos, falleció en noviembre de 2017.

“Era un maestro. Antes de la pelea me estaba empezando a vendar Bruno y García le dice ‘amigo, quiere que le dé una mano’. Bruno le contestó: ‘Por favor, maestro’. Fue una sensación única, me estaba vendando el mismo tipo que había hecho lo mismo con Leonard, Hearns y después lo hizo con Mayweather”, relató Aldo.

Y siguió: “Antes de la pelea, nos llevó a su casa, en un barrio privado de Las Vegas. Tenía un museo impresionante, lleno de cinturones de campeones del mundo. Fue increíble”.

García con el gran Floyd.

Aunque el cruce con Johnston lo dejó bien parado en la capital del boxeo, Ríos no volvió más. Anduvo por otros lugares del planeta, también a las piñas y por títulos mundiales. “Siempre le digo a mi señora, tenemos que volver a Las Vegas, aunque sea para tirar una fichita (risas)”, afirmó.

Luego del combate del 26/06/1999, el Galán y Johnston fueron por diferentes caminos. Al de Centenario le costó conseguir rivales en el país –muchos top lo esquivaron- y por eso tuvo que subir de categoría un par de veces. Y Stevie no fue todo lo que prometía. Esas mismas dudas que mostró en el Mandalay Bay y que lo llevaron a un triunfo poco claro, se repitieron en el futuro. ¿Justicia? Es probable.

“Hizo una o dos defensas y desapareció del boxeo. Yo seguí bastante tiempo más y tuve varias chances. Fue una linda carrera, una de las mejores de los livianos argentinos. No tuve la posibilidad de ser campeón del mundo, pero estoy muy conforme con lo que hice”, afirmó Ríos.

El 9 de marzo de 2012, Ríos subió por última vez al ring luego de caer por puntos ante Juan Lencina y cerró su campaña con un gran récord: 48-6-0 con 11 nocaut. Elegante como pocos en el país, fue una especie rara del boxeo. “La verdad es que siempre me cuidé y entrené mucho. Bruno me avisaba de una pelea y yo al toque largaba todo. Salía a correr hasta los sábados a la mañana y cerca de la pelea, también le agregaba los domingos. Eso fue clave para mi carrera”, contó.

Aldo fue campeón Argentino, Sudamericano y Latino.

Siempre ligado al boxeo, en los últimos meses sufrió problemas en los riñones. Ya tuvo una operación y en los próximos días se someterá a otra: “Me tienen que sacar un catéter y unas piedras que todavía me quedaron, pero estoy muy bien”.

Estos inconvenientes de salud le frenaron, a tiempo, las ganas de volver al cuadrilátero. “Tenía ganas de pelear con Barrios (Rodrigo, la Hiena), pero esto me derrumbó todo y dije basta. Ya fue, ahora a estar tranquilo y a ver lo menos posible la pelea con Johnston”, bromeó Aldo. Un Galán arriba del ring y también para recordar la pelea que pudo cambiar su vida. Pasaron 20 años y a pesar de la derrota, es una marca indeleble en el deporte neuquino.

El Galán hoy. Tenía ganas de volver, pero tuvo inconvenientes de salud y dijo “no va más”.

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