El básquet, como todo el deporte nacional, vive una incertidumbre total por el coronavirus. Y si de los regionales se trata, hay que decir que la Liga Argentina tiene un panorama mucho más desalentador que el Torneo Federal. No sólo por sus cabezas organizativas (Asociación de Clubes y CABB), sino que además hay distintos presupuestos, y en el caso de la LA, un calendario más complicado.
Ante este panorama, Centro Español y Petrolero, los neuquinos del segundo escalón del básquet nacional, viven horas decisivas. Los jugadores trabajan en sus hogares y cumplen con las rutinas, pero a la vez saben que se puede venir una determinación drástica: la suspensión definitiva.
De movida, la AdC fue la primera en anunciar el parate hasta mayo. Todo un indicio. Y después los planteles comenzaron a desarmarse, la mayoría de los jugadores viajó a sus lugares de origen e incluso varios extranjeros salieron del país. Howard Wilkerson, el foráneo del Torito, todavía permanece en Plottier, aunque varios de sus compañeros volvieron a sus ciudades.
Gerardo Montenegro, al frente de la AdC, tiene intenciones de agotar todas las instancias, pero la situación es más que complicada. Cambia minuto a minuto y reina la incertidumbre.
En el medio, casi todos los clubes tienen muchas dificultades económicas. Y los de acá están en esa lista. Recibieron un cobro hace diez días, aunque todavía tienen atrasos considerables en sus salarios y será muy difícil poder cumplir con contratos de diez meses de trabajo.
Se vienen decisiones drásticas y, como en todos los ámbitos, los protagonistas (dirigentes, entrenadores, jugadores…) van a tener que negociar. Y en el medio habrá que ver cómo se reorganiza un calendario difícil de descifrar.
Aunque también tiene un panorama complejo, el Federal aparece con un camino menos sinuoso, a partir de dos cuestiones: un presupuesto muy inferior y menos viajes. Así y todo, su futuro es oscuro y habrá que estar atentos a los próximos comunicados de la CABB.
