El día después se mantuvo inalterable. Lejos de dormirse en los festejos por la obtención del Pehuén de Oro, Iñaki Basiloff se levantó temprano y cumplió con su rutina de entrenamiento. Los planes son claros quiere sacarse las ganas de estar en el equipo argentino de natación que competirá en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
Cumplido el trabajo diario, fue el turno de recorridas radiales y también para dejar sus sensaciones a Aguante Neuquén. “Me siento muy contento. Sabía que tenía posibilidades de ganar el Oro, pero también era consciente de que había otros deportistas con las mismas chances y que iba a estar muy peleado”, arrancó el nadador que representa a River y el club Cipolletti.
Iñaki celebró la decisión de los organizadores (IFES y Círculo de periodistas deportivos) de sacar la terna de deportes con discapacidad e incluir a cada atleta en su disciplina. “Los felicito, fue una muy buena determinación y espero que también se pueda aplicar en otro tipo de premios. Estuvo muy bueno”, afirmó.
El 2019 fue inolvidable para Iñaki y su mejor producción se dio en Lima, cuando logró siete medallas. Sin embargo, es un deportista que siempre aspira a más. “Fue un gran año, aunque me hubiera gustado estar un poco más arriba en el Mundial (Londres). Creo que igual es meritorio el tercer puesto (en 400 libres), porque el nivel de los rivales era muy bueno”, comentó.
De cara al 2020, no hay dudas y “la gran meta son los juegos de Tokio. Ya tengo las marcas necesarias pero hay que esperar para saber qué equipo va a llevar Argentina. Lo importante es seguir entrenando día a día y dejar todo”.
El Pehuén de Oro, vigésimo de la historia, ya descansa en algún lugar de privilegio de su casa. Iñaki cerró una temporada memorable, festejó desde principio a fin, pero todavía hay sueños por cumplir.