Por Javier Marcucci
Especial para Aguante Neuquén
Fuerte al Medio, tal cual el título del libro, puede decirse que fue un bombazo a quemarropa, con algo de apuro por el reloj de algunas presentaciones y una ilusión colectiva contagiosa.
Eso sí, vale una aclaración: el periodista, escritor y gran amigo Pablo Montanaro, movió la pelota, se puso el equipo al hombro y repartió juego en toda la cancha desde un inicio también imaginado por él.
No hizo falta la insistencia porque casi todos los “jugadores” teníamos la fervorosa y postergada pasión de jugar un partido de este tipo. Cada uno contó su historia futbolera y Fuerte al Medio tomó vida prácticamente en la invitación espontánea. Así, con la redonda como hilo conductor, surgen sus páginas casi con la “dinámica de lo impensado” que el gran Dante Panzeri explicó del juego mismo. Relatos, historias, referencia de ídolos entrañables, poesía en pluma femenina, transpirados cuentos de potreros y ligas chacareras, y una geografía que hace su localía en el Valle pero también juega de visitante arrimando recuerdos de infancia.
El derrotero fue palpitando firme en los más soñadores del proyecto y se hizo carne general en los que, como este atrevido relator Lifunero, inflamos el pecho en la foto ampliada al lado de enormes firmas regionales.
Y el libro -permítame decirle- ofrece en su prólogo, una puerta de oro desembocando en un revuelo que cada lector ordenará a gusto y paladar: la bienvenida del notable periodista y escritor Ariel Scher, mágico y generoso, contando sensaciones con la calidad del Diego. Ojalá, amigo lector, no abandone hasta el final, aunque esas primeras páginas ya justifiquen el abordaje.
