Por Ernesto García. Especial para Aguante Neuquén
Por la gentileza del diario digital “Zapala Noticias”, del amigo Daniel Signorile, que me permite levantar aspectos de su nota, y porque “Aguante Neuquén” se ocupa de todo el deporte provincial, destaco un acto de recuerdo y homenaje a los jugadores y cuerpo técnico de Unión de Zapala, que a fines de los años ‘70 y principios de los ‘80, casi llegaron a lo más alto del fútbol argentino.
El medio zapalino dice que el pasado domingo 7, desde la hora 13, 40 años después de aquel certamen Regional en que los Canarios tuvieron rivales de Mendoza y de La Pampa, llegaron al quinto del club desde distintos puntos del país y se juntaron con los que viven en la ciudad. Fue un encuentro cargado de alegría, emoción y, claro está, plagado de anécdotas sobre aquellas jornadas memorables. La iniciativa fue de Carlos Koopmann (padre) y Franco Tassone, eternos dirigentes y colaboradores de la institución.
A mí me invitó Juan(cito) Millalén, con el que debatimos sobre su puesto en la cancha. Él decía que prefería ser un 5 clásico y yo lo recordaba más como marcador central, en la cueva del 6. Pero la razón tiene que ser la de él. Cuando le observé que yo no merecía tamaña distinción, la de invitarme, ya que no fui jugador ni directivo de esa gesta, me aclaró que siempre me veía en la cancha, cerca de la divisa amarilla.
Si bien algunos no llegaron por diversos motivos, y otros porque ya partieron de este valle de lágrimas, sí estuvieron en el encuentro, “inolvidable” según dice Dani Signorile en su crónica, Juan Carlos Abate, Santiago Becerra, Abel Viedma, Osvaldo “Cacho” Dávila, Mario Suárez, Darío Tessori, Raúl Alexis Salinas, Julio Edgardo Villar, Miguel Caracoche, Rubén Bruno (aquel juvenil que por huelga de los de primera convirtió del gol para que Ríver volviera al título luego de 18 años de sequía), Basilio Rivera, Alfredo Fuentes y José Luis García. Y ya mencioné a Millalén.
También estuvieron presentes Horacio Garaygorta, Enrique Lissarrague, Manuel Gschwind (emotivo recuerdo de Hugo Propatto), Manuel Cuevas, Héctor “Pelusa” Suárez , Jorge Peucón, Ricardo Besoky y Gustavo Becerra, entre otros.
Los anfitriones, además de los organizadores, fueron el presidente de Unión, Oscar Domínguez; Ana Corradi (actual tesorera y a la que impulsé para que fuera la primera mujer presidenta en Lifune), y Juan Martín Sosa (titular de la subcomisión de Fútbol).
Decía más arriba que algo tenía que ver Unión conmigo; o yo con Unión. Y en efecto, entre algunas publicaciones exhibidas de esa época de oro, había dos ejemplares, el número 1 y el número 2, de la Revista “Unión y el Deporte”, con tapas amarilla y verde, con la campaña del Canario en el Regional y en sus otras actividades. La dirigía el amigo, compañero y colega, Julián Álvarez, que escribía precisamente sobre los partidos como locales o de visitantes, adonde iba en su poderoso Citroen 2 CV. Y yo, con el seudónimo de “El Llave”, seguía y comentaba todo sobre el básquetbol, disciplina que había practicado hasta pocos años antes. Entonces tenía, sí, una vinculación histórica, directa, con la entidad Avellaneda y Mitre. Y también Julián, hoy abogado y Magister en derecho procesal, que fue el autor del diseño del logo del Club Social y Deportivo Unión de Zapala, los Canarios.
A pocas horas de cumplir 43 años (Unión se fundó el 12 de julio de 1976 y fue una fusión de Frontera, Comercial, Argentino e Independiente), el reencuentro todavía hace ruido en la ciudad, que también está de festejos por su 106 aniversario. Fue un momento glorioso del deporte local y provincial, y la ilusión de volver a ser protagonista siempre está latente.
