Certero desde la línea, cada tiro libre de Manuel Rodríguez se clavó en el corazón de Atenas. El neuquino fue un protagonista central de la noche y metió un gran aporte en la victoria de San Lorenzo (73-62), que salvó la categoría en la Liga Nacional de Básquet y determinó el descenso del Griego, el más ganador de la historia.
En un Pando a explotar, el quinto duelo por la permanencia fue, lógicamente, un atado de nervios. Y el Santo lo empezó a definir en el tercer parcial con Rodríguez letal desde la línea de los suspiros. Un 6-6 por esa vía sirvió para que el local se escape a 10 y le de paso a un momento de alivio para el numeroso público local.
Manu, que salió en el quinteto inicial, terminó con 11 puntos (2-5 en dobles y 7-10 en libres), 7 rebotes y 3 recuperos en 32:32 minutos. El goleador del Santo fue otro con pasado en Independiente de Neuquén, Federico Marín, con 21. En la visita se destacaron Ale Konsztadt (16) y Deion McClenton (10 más 10).
Con esta victoria que cerró la serie por 3-2, el Ciclón cerró una temporada con muchos altibajos. Rodríguez, que llegó a préstamo de Boca, tuvo un rol importante en el equipo y, sin dudas acertó con la decisión de buscar minutos que no iba a tener en el Xeneize.
Lo de Atenas fue un golpe duro. Es un gigante del básquet nacional y tocó fondo. Con el Pichi Campana en la tribuna, el dolor de los hinchas que viajaron hasta la Capital Federal y el llanto de sus jugadores le dijo adiós a la elite y ahora tendrá que pelearla desde la Liga Argentina.