Ailín Astorga no es la goleadora de Biguá y tampoco sale en el quinteto inicial. Sin embargo, cada uno de sus ingresos produce un cimbronazo. Ocurrió en el debut ante Gimnasia (CR) y la racha siguió hasta el último juego, en la increíble victoria sobre Independiente, en el ajustado 63-63. Entiende y hasta se siente cómoda con su rol y ahí radica una de las claves en esta gran campaña, con inmaculado 5-0, en la división Sur del Torneo Federal Femenino de Básquet. Con el 1 asegurado, este sábado 3, a las 17:30 y en casa, será la última función de la primera fase, ante Centenario.
Ante las Rojas, la interna de Loncopué fue vital para la primera reacción (6 puntos en el segundo cuarto), pero lo más trascendente llegó a 9” del cierre cuando anotó los dos libres que le dieron paso al triunfo. “Nos costó entrar en juego, pero creo que se pierde la fe durante el partido, se complica. Sabíamos que podíamos darlo vuelta y se nos dio en los últimos segundos”, afirmó. ¿Los simples? “Tuve que poner la mente en blanco, porque si no te gana la emoción”, respondió.
Se nota que las Bigualas tienen un plantel unido y ahí seguramente radica una de las claves del éxito. “Lo más lindo de esto, además de la parte competitiva, es tener un grupo tan compacto y que esté tan bien. Aunque los refuerzos fueron pocos, es un equipo nuevo y siempre hay aspectos por mejorar”, dijo Ailín
En el horizonte aparecen rivales duros, de la zona Metro 1 (hoy, Lanús y Berazategui), pero la neuquina avisa: “Seguro que tenemos posibilidades. Nosotros vamos a ir con el objetivo de dar lo mejor y de darle batalla a todos los equipos. Primero tenemos que cerrar esta etapa y después esperar rivales”.
Claro que siempre hay aspectos para ajustar y en ese sentido, admitió que “nos falta comunicación en el ataque y ser un poco más duras en defensa. Hay cosas que no nos podemos permitir si queremos seguir en el torneo”.
Sobre su rol, primero o segundo recambio, comentó: “Los partidos te dan señales y puedo entrar por Vero (Ferreyra) o por Marisa (Quiroga). Me siento muy cómoda con el lugar que tengo en el equipo. Tenemos un plantel largo y eso es una ventaja”.
Su primer contacto con el básquet fue a los 12 y a pesar de perder una etapa clave de formación, Astorga se hizo un nombre en el básquet. “En el interior teníamos muchas falencias en cuanto a lo conceptual. Tuve la suerte de que mi viejo me llevara a todos lados, pero no tuve formación de club hasta los 17 años”, relató.
Fue parte de las selecciones neuquinas y así llegó el llamado para la Sub 19 de Argentina, junto a su socia actual, Marisa Quiroga. Desde el 2004 hasta 2010 jugó para Unión Florida, donde fue dirigida por Gregorio Martínez, hoy al frente de todas las seleccionas Argentinas femeninas. Dejó en 2011 para dedicarse a los estudios y en 2012 volvió a los saltos, en Sunderland, un clásico equipo porteño en el corazón de Villa Urquiza.
En 2018, cambió el ruido de Baires y volvió al pago. “El bichito siempre pica y acá estamos”, cerró Ailín, quien viaja desde Loncopué para entrenar o jugar. Se insertó en un gran grupo, cumple su función y ya demostró que siempre está dispuesta a dar una mano.