El turf argentino tiene una lista de oficios que se componen por entrenadores, jockeys, criadores, peones, variadores, capataces, herreros y propietarios de los pura sangre de carreras. Tampoco puede quedar afuera el personal de los hipódromos, todas esas mujeres y hombres que trabajan vendiendo boletos y atendiendo los bares. Todos ellos, gente de trabajo que ha sostenido esta pasión desde el 7 de mayo de 1876 a la fecha.
Un censo realizado en 2017 reflejó que el turf es una industria que ocupa a cerca de un millón de personas a lo largo y ancho del país. El coronavirus tiene parada a esa industria desde marzo y lógicamente hay mucha preocupación.
LA SITUACIÓN EN NEUQUÉN
“Soy optimista con la vuelta, pero toda la familia del turf tendrá que hacer un esfuerzo muy grande para cumplir con el protocolo, protegernos y cuidarnos. Será clave para poder seguir teniendo actividad en el futuro”, afirmó Tomás Martínez, titular del Jockey Club Neuquén, en declaraciones a LU5.
El dirigente se reunió con autoridades municipales y con Sebastián González, ministro Jefe de Gabinete. La idea es volver la última semana de agosto o la primera de septiembre. Sería sin público y con un sistema de apuestas on line, que ya fue coordinado con Alfredo Mónaco, titular del Instituto de Juegos de Azar de la provincia.
El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no hizo ninguna apertura al momento de flexibilizar la cuarentena, por lo cual el turf deberá seguir esperando para poder poner en marcha sus actividades.
Un grupo de entrenadores de Palermo, integrado por Juan Saldivia, María Álvarez, Martín Garrido y Mariano Iguacel, entre otros, tratan en estos días de mantener encendida la llama del turf.
“Acá hay 900 caballos porque unos 250 ya se fueron. Sus propietarios decidieron llevárselos para no seguir pagando la cuota mensual de la cuida. Esto, más la incertidumbre de no saber cuándo vamos a correr, nos tiene muy mal”, sostuvo María Álvarez en diálogo con Télam.
“Acá hay 80 mil puestos de trabajo en juego, todos los días entran a la Villa unas dos mil personas que se dedican a trabajar en los distintos stud. Hay entrenadores (100), hay jockeys, hay peones (casi 500), hay veterinarios, hay herreros, hay variadores, hay capataces y no nos podemos olvidar de los trabajadores de los hipódromos. Acá hay trabajo y no nos podemos sentar a mirar cómo ese trabajo se termina”, reclama.
Juan Saldivia, mano derecha del cuidador Roberto Pelegatta, agrega: “Mantener el turf de pie no es nada fácil. Todos tenemos que estar juntos en esta lucha”.
Walter Suárez, cuidador y marido de Álvarez, explica: “Cuidar un caballo de carreras sale algo así como 30 mil pesos por mes. A eso hay que agregarle gastos de medicamentos y alimentos. Hay varios propietarios que optaron por no seguir y se llevaron los caballos al campo. Esto, así no es negocio para nadie”.
¿Podrán volver a correr en septiembre? “Por ahí, antes que termine agosto, podríamos volver con una reunión sin público. Tenemos esa esperanza porque la esperanza es lo último que se pierde”.
Panorama complicado para el turf, una actividad que lucha con todo lo que tiene para poder volver lo antes que se pueda. “Los jockeys se salen de las gateras”, dijo a Télam Wilson Moreira, uno de los jinetes más importantes de la Argentina. “Todos queremos correr ya, eso es lo que cada uno siente”, suplica.